POR ZOË MASSEYFotógrafa@ZoePix
Hace un par de semanas fui al Parque Voces por el Clima. Desde que oí sobre este proyecto me pareció algo súper interesante, un espacio amplio que busca educarnos a todos en el serio tema del cambio climático, la contaminación y nuestro compromiso para enfrentarlo.
Bueno, la primera sopresa que tuve al llegar fue en la puerta. El muy amable guachimán con una sonrisa amplia nos recomendó no estacionar lejos porque el barrio no es muy seguro. Claro, el parque no cuenta con estacionamiento interno ni resguardado. Logramos estacionar porque los vecinos usan la calle como espacios marcados como propios y hasta como talleres mecánicos. Para entrar al parque hay que dar dos botellas plásticas. Hasta ahí suena lindo, pero ¿y si no las traes porque no sabías? Pues no hay opción B, no puedes pagar un sol, no puedes comprometerte con algo más, ayudar, hacer una acción simbólica, nada. Entonces dimos un par de vueltas, recogimos una botella de un basurero y compramos agua en una bodega. No suelo ser de las que compran mucho embotellado y caigo en que esta idea un poco romántica del reciclaje para entrar al parque fomenta el consumo de botellas plásticas. Muy raro.
Entrando, veo un cartel que dice ‘prohibido tomar fotografías’¿? Me explican un poco incómodos que las instalaciones sí pueden fotografiarse, pero las obras de los artistas no… Pienso que en lo poco que he viajado he tomado fotos hasta de cuadros de los más famosos artistas de la historia y no entiendo. De hecho, no entendí luego del paseo a qué piezas se referían. Como artista puedo decir que si tengo algo puesto en un espacio público no solo es para que todos lo disfruten, sino que si les toman fotos y las compartes con los amigos en Facebook, Instagram o lo que sea ¿mejor no? Una vez adentro, el espacio está súper bien implementado. Hay una infografía detallada, muy clara, sobre nuestras montañas, nevados, el deshielo. Aprendes de agricultura, de nuestros bosques y todos los tipos que existen en el mundo, la flora y fauna que se encuentra en diferentes microclimas. Piezas didácticas en las que debes participar, y aunque es imposible que leas todo en una sola visita, cuenta con información que deberíamos todos saber. Date el tiempo de leer. Paseas por el océano a través de un túnel de basura plástica (me recuerda un poco a todo lo que ando trabajando hace unos años, es terrible), con fotos impresionantes de Bernardo Sambra, audios, videos. Así está nuestro océano y casi todo o todo lo que flota en él, son cosas que hemos consumido nosotros. Es asfixiante.
Luego sales de ahí y ¡sorpresa! Un dispenser de botellas plásticas de gaseosas. Claro, es bueno que haya bebidas, pero… ¿y si ponemos más bebederos de agua para que todos se sirvan, o un puesto de venta que no use botellas sino vasos de material reciclado y reciclable? Hay alternativas más consecuentes. Mientras pienso eso, noto que hay muchísimos metros cuadrados de pasto en los que dice NO PISAR (no ahondaré en el hecho de regar pasto en el desierto limeño y la poca consecuencia de que sea solo para el ojo y no para el uso, pero los municipios a cargo deberían pensarlo). De pronto veo una linda tienda de souvenirs. Todo está envuelto en plástico descartable. No entiendo quién hace todo esto, pero no tiene sentido. A veces nos quedamos en la buena intención inicial y al adentrarnos en el tema perdemos la viada y nos confundimos. Es bueno siempre pensar un paso más allá, en especial cuando de educación se trata. Poner un parche de momento no es encontrar una solución. Y bueno ya si vas con tus hijos y ellos se llevan globos que ahí se reparten gratis, mejor ni te cuento.
En fin, fue una mezcla de sensaciones grandes. Cuando oí por primera vez de este proyecto, pensé que sería una excelente alternativa familiar. Que así como vas al Parque de Las Leyendas podrías ir también al Parque Voces por el Cambio, donde aprenderías mucho y, bueno, sí, aprendí. Te lo recomiendo igual, lleva tus dos botellas plásticas de casa, trata de no comprar nuevas. Queda como a tres cuadras a la espalda de Macro en Surco, así que puedes ir en micro y luego caminar. El sitio es bonito, es educativo, es un buen inicio, pero hace falta ese paso un poco más allá.
PD: Moría de curiosidad por conocer la planta de reciclaje municipal que tienen ahí, ¡bravo por eso!, pero ese día estaba cerrada por mantenimiento. Volveré.