El ministerio del Interior alemán pidió el viernes una prohibición parcial del burka, velo que usan las mujeres musulmanas.
Sostuvo que los ciudadanos tienen la obligación de mostrar sus rostros y que la prenda no tiene cabida en una sociedad cosmopolita porque, a su juicio, es una barrera para la integración.
Sin embargo, no estableció un calendario para introducir legalmente la propuesta que divide a sectores del partido oficial, cuya ala más dura reclama una restricción total.
La iniciativa se hace pública a un mes de dos elecciones regionales en las que la extrema derecha populista se perfila con un importante avance.
También en medio de un clima tenso tras los ataques yihadistas de julio y las críticas al gobierno por su política de recepción de refugiados.
Francia encara una polémica similar por la decisión de varios alcaldes de prohibir el burkini, traje de baño que cubre a la mujer de la cabeza a los tobillos.