El manchú, la lengua de los últimos emperadores de China. Ji Jinlu es, a sus 71 años, uno de los pocos hablantes nativos de esta antigua lengua. Después de décadas de integración cultural y de esfuerzos liderados por el Gobierno para marginar las lenguas minoritarias, el manchú se encuentra ahora al borde de la extinción.
“Hablamos sobre todo chino a día de hoy. Los jóvenes no entienden el manchú. Solo puedes hablar chino”, DICE Ji Jinlu, hablante de manchú.
Una escuela de primaria cercana intenta revertir esta situación. Si bien la mayoría de las lecciones se da en chino, a los alumnos también se les enseña a hablar manchú, en un esfuerzo por preservar la herencia cultural y étnica de esta región del noreste de China.
“Estoy muy orgulloso porque muy poca gente puede enseñar su propia lengua étnica, especialmente una tan rara como ésta”, señaló Shi Junguang, profesor de manchú. “Espero poder proporcionarles una chispa con la que puedan encender un fuego”.
Estos niños representan la última oportunidad para el manchú, una lengua que se impuso en la corte de Pekín hace cuatro siglos, cuando sus ancestros se apoderaron de China a lomos de sus caballos para convertirse en los últimos emperadores.
Fuente: AFP