¿Qué es más peligroso hoy para un alumno: fumar o correr el riesgo de morir en un atentado delante de su colegio? Tal es la insólita polémica en Francia desde que el gobierno autorizó excepcionalmente el cigarrillo en los patios de los institutos secundarios.
Para los directores de establecimientos de enseñanza, el hecho de que cientos de jóvenes se agrupen delante del edificio para fumar un cigarrillo es demasiado riesgoso desde los atentados yihadistas del 13 de noviembre en París y las amenazas del grupo Estado Islámico contra las escuelas francesas.
“No es una razón para dejar fumar dentro. No vamos a dejarles llevar una botella de vodka al colegio so pretexto de que beber en la calle es peligroso”, sostiene Corinne Depagne, neumonóloga de Lyon (este).
La médica presentó una demanda judicial cuando se enteró de que en el colegio de su hijo de 16 años se permitía fumar en el patio.
A fines de noviembre, el gobierno pidió a los directores de colegios que evitaran que los alumnos se agrupasen delante de los edificios. “En los liceos, se pueden preparar zonas específicas en los espacios al aire libre interiores al establecimiento para evitar que los alumnos salgan” a fumar durante los recreos.
Los liceos, institutos secundarios que en Francia conciernen a los jóvenes de 15 a 18 años, informaron a los padres de esas nuevas reglas, precisando incluso que se pusieron ceniceros en las zonas en cuestión.
Las protestas se sucedieron procedentes de padres de alumnos, profesores y médicos.
“Vuelta atrás”
La asociación de Derechos de los No Fumadores (DNF) estimó que se trata de una dramática vuelta atrás, diez años después de aprobarse la ley que prohíbe fumar en los establecimientos escolares.
“Es desastroso para la salud pública, se somete al tabaquismo pasivo a personas muy jóvenes” y “sobre todo, se renormaliza el acto de fumar”, sostiene Stéphen Lequet, directivo de esa asociación.
Según una encuesta de junio de 2015, en Francia uno de cada tres jóvenes de 17 años fuma diariamente.
“El riesgo terrorista existe virtualmente, pero no producirá nunca, afortunadamente, el mismo número de muertos que el riesgo ligado al tabaco”, afirma Lequet.
Señala asimismo una “situación absurda” dado que en Francia está prohibido vender cigarrillos a los menores de 18 años.
Su asociación y otras de lucha contra el tabaco decidieron demandar administrativamente a tres liceos de París y su región para que sigan prohibiendo fumar dentro de los establecimientos.
Días atrás, la ministra de Educación, Najat Vallaud Belkacem, trató de calmar los ánimos afirmando que “se debe pedir a los estudiantes simplemente que no fumen” durante el período de medidas de seguridad reforzadas organizadas por las autoridades a raíz de los atentados.
Esas instrucciones contradictorias irritaron al principal sindicato de directores de colegios, el SNPDEN, que calificó de “surrealistas” las palabras de la ministra. “¿A quién si no a los fumadores se destinaban las zonas específicas?, planteó.
Un portavoz del ministerio insistió en declaraciones a la AFP sobre el carácter “excepcional” de la medida de creación de esas “zonas específicas” en los patios de los liceos.
“En circunstancias de peligro excepcional como las que vivimos en Europa y en Francia, velamos a la vez por garantizar la seguridad de los alumnos y por situarnos de todos modos en una lógica de salud publica”, dijo.
El secretario nacional del sindicato SNPDEN, Joël Lamois, recalcó que “el riesgo de atentados es ahora más fuerte que el riesgo para la salud” y “entre dos males, tratamos de curar el peor”.
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