Un policía, cuya muerte desató una masiva persecución, hizo un “cuidadoso montaje” de su suicidio para que pareciera un asesinato, dijeron funcionarios de la institución este miércoles.
Su muerte, el 1 de setiembre, tuvo lugar tras registrarse tiroteos aparentemente dirigidos contra funcionarios policiales en un contexto de crecientes tensiones a raíz de la muerte de varios negros a manos de policías.
El teniente Charles Joseph Gliniewicz comunicó por radio que estaba persiguiendo a pie a tres hombres y pocos minutos después pidió refuerzos. Cientos de policías buscaron infructuosamente a los sospechosos después de hallar el cuerpo de Gliniewicz en un bosque cercano al pueblo de Fox Lake, Illinois.
Agentes de cuerpos de seguridad de todo el país concurrieron a su funeral, en el que se le despidió como a un héroe.
“Concluimos que este suicidio planificado fue el resultado final de una extensa serie de delitos que Gliniewicz venía cometiendo”, declaró a periodistas George Filenko, responsable policial del condado de Lake.
“Gliniewicz cometió su última traición a los ciudadanos y a todos los agentes de la ley”, agregó.
Unos 150 oficiales dedicaron más de 25.000 horas a investigar el caso. Concluyeron que Gliniewicz había estado robando durante siete años en el departamento de Policía, desviando fondos de un programa dedicado a persuadir a jóvenes para que ingresaran a la Policía.
En el lugar dejó equipamiento policial, se disparó con su chaleco antibalas puesto y luego se lo quitó antes de pegarse un segundo, y fatal, balazo.
Su estratagema, sin embargo, comenzó a quedar en evidencia después de que los investigadores constataran que no había luchado por su vida, dijo Filenko.