KAREN ESPEJO
A inicios de año, los niños del asentamiento humano Jardín Primavera, en Barrios Altos, dibujaron con crayones uno de sus sueños: un parque diseñado especialmente para ellos. Este debía tener flores, áreas para trepar y estar en un lugar seguro.
La ONG Sumbi (que impulsa proyectos para la prevención del riesgo social en la infancia) junto a los arquitectos diseñadores Gonzalo Olascoaga y Víctor Cobaín quisieron hacer realidad los sueños de estos niños. Y lo lograron. El 31 de mayo -con el apoyo financiero de la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional- inauguraron el parque recreativo Virgen de Fátima, inspirado en los deseos de estos pequeños.
El lugar se ubica en el mismo terreno donde antes solo había un descampado, al interior de una tradicional quinta de la cuadra 13 del Jr. Áncash, donde viven 150 familias y 50 niños.
Para otros sectores de Lima, esta quizás no sea una noticia novedosa. Sin embargo, en una zona como Barrios Altos, considerada la cuna del criollismo, el proyecto adquiere gran relevancia, pues allí no existen centros de esparcimientos dirigidos a la familia o a los niños.
Además, coincidiendo con la reciente celebración del Día de la Canción Criolla, este proyecto se convierte en un buen estímulo para seguir con el rescate de esta parte de la ciudad, donde se hicieron conocidos los inmortales Felipe Pinglo Alva, el dúo Montes y Manrique, Pablo Casas, entre otros.
El nuevo parque cuenta con juegos para la primera y segunda infancia (de 0 a 5 años, y de 6 a 12, respectivamente), entre ellos una milipalestra, un puente colgante y toboganes, detalla Olascoaga, arquitecto del proyecto.Además, alberga una suerte de ‘refugios’ de madera, que los chicos pueden convertir en ‘fortín’, ‘casa del árbol’ y hasta una ‘nave espacial’.
Este proyecto no solo ha brindado a los niños del asentamiento humano Jardín Primavera un espacio para pasar tiempo de calidad con sus familias, sino que también los aleja de los riesgos a los que se exponían al jugar en la calle. ‘Esta es un área con lugares y situaciones de riesgo psicosocial, como la ausencia de los padres y la violencia en casa o en la calle. Tener espacios recreativos y seguros es indispensable para los niños’, indica la presidenta de la ONG Sumbi, Carmen Vásquez de Velasco.
El objetivo ahora, según el arquitecto Olascoaga, es replicar esa iniciativa en otras zonas vulnerables de Lima.