El Perú se unió ayer al Día Internacional para la Reducción del Riesgo de Desastres con diversas actividades, entre pasacalles, simulacros escolares, charlas y marchas de concientización en Lima y provincias. Esta fecha fue creada por las Naciones Unidas con el fin de sensibilizar a la población a adoptar acciones preventivas frente a estos eventos. Ubicarnos en un país altamente sísmico nos obliga a elaborar nuestros propios planes de contingencia, indica Rosa Guevara, especialista de la Secretaría de Gestión de Riesgo de Desastres de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM).
Lo primero es identificar las áreas seguras de la casa o la oficina, donde tendríamos que refugiarnos en caso de terremoto. ‘Usualmente, son las columnas, la parte exterior de los ascensores, e incluso los cuartos pequeños como los baños, que son pequeñas cajas de concreto’, señala Guevara. Si estás en la calle, lo mejor es alejarte de los edificios altos, frente al riesgo inminente de que las ventanas se rompan.
Lo recomendable es ir a zonas abiertas como parques, o a las áreas seguras de tiendas y centros comerciales cercanos. Los efectos del Fenómeno de El Niño fuerte o extraordinario que se avecina, como lluvias intensas y el aumento de la temperatura, también deben formar parte de nuestro plan de prevención. Cualquier sitio con agua estancada podría ser un foco que facilitaría el crecimiento del zancudo transmisor del dengue y la chikungunya. De ahí la importancia de despejar los techos de las casas de cualquier elemento que pueda llenarse de agua, como baldes o llantas en desuso, aconseja la pediatra infectó- loga María Esther Castillo.
‘Lima no está preparada para las lluvias. La ciudad tiene techos planos y carece de drenes en las calles. Una buena medida es acondicionar los techos de las casas con inclinaciones, como los tejados de la sierra, para dejar fluir el agua’, complementa la ingeniera Guevara.
Finalmente, aconseja a las familias contar con una mochila de emergencia con artículos básicos (comida enlatada, botellas de agua, papel higiénico, radio, linterna y medicinas específicas para cada miembro de la familia), que permitan sobrevivir a un desastre durante las primeras 24 horas. También sería ideal habilitar una suerte de almacén con carpas, ollas y mayor capacidad de alimento no perecible y agua para varias semanas. Este puede ser compartido por las familias de un mismo edificio o de una cuadra en caso de un sismo o inundación.