Existe confianza en que las cancillerías de Perú y Chile logren un acuerdo sobre el presunto caso de espionaje chileno que mantiene a ambos países distanciados desde febrero, señaló este sábado el presidente del Consejo de Ministros, Pedro Cateriano.
“Yo confío que las cancillerías (de Perú y Chile) trabajen y logren un acuerdo, lo que queda es esperar, pero este episodio tiene que aclararse”, dijo Cateriano a la emisora RPP sobre el presunto espionaje de Chile a Perú.
La detención de los tres marinos peruanos acusados de haber vendido información a agentes chilenos entre 2005 y 2012 fue “un episodio dramático, doloroso y condenable y estoy seguro que los comandantes generales del Ejército, la Marina de Guerra y Fuerza Aérea adoptarán medidas necesarias para que esta condenable conducta no se repita en el futuro”, añadió.
Cateriano, quien asumió la presidencia del Consejo de Ministros el 6 de abril, señaló que Perú y Chile no pueden estar amarrados a un pasado que no fue feliz para ambos a raíz de la guerra del Pacífico (1879), pero opinó que deben “crear las condiciones de confianza mutua para que en el futuro esta clase de práctica (espionaje) sea desterrada definitivamente”.
El 1 de abril, Chile respondió una segunda nota de protesta entregada por Perú sobre el presunto caso de espionaje. Ese mismo día, el presidente, Ollanta Humala, anunció que la evaluará pero hasta el momento no ha dado respuesta.
Las relaciones bilaterales entre Santiago y Lima se tensaron el 20 de febrero cuando Perú presentó una nota de protesta en la que aseguraba que tres marinos peruanos fueron detenidos bajo la acusación de haber vendido información a agentes chilenos entre 2005 y 2012.
A raíz de ello, Lima llamó a consultas a su embajador y el 8 de marzo, tras recibir una respuesta de Santiago que consideró insatisfactoria, retiró a su representante diplomático. El contenido de la explicación no se difundió.
El gobierno peruano ha dicho que no repondrá a su embajador hasta recibir las necesarias explicaciones sobre un hecho del cual tiene “pruebas fehacientes”. En respuesta, Chile también retiró a su embajador.