La difusión de un video que muestra a policías españoles aporreando a un inmigrante subsahariano y llevándolo de vuelta, aparentemente inconsciente, al lado marroquí de la frontera con el enclave norafricano de Melilla ha provocado polémica e indignación en España.
El hombre formaba parte del centenar de africanos que el miércoles trataron de superar la triple valla de casi siete metros que separa Melilla de Marruecos.
La organización humanitaria local Prodein, que filmó y distribuyó el video, identificó al inmigrante como un camerunés de 23 años llamado Danny.
En el video se ve a un agente de la Guardia Civil española pegando con una porra al hombre que cuelga, descalzo, del lado español de la valla.
Entonces varios de los agentes agarran a Danny por las manos y los pies para bajarlo al suelo, y lo llevan de vuelta al lado marroquí de la valla. El joven no hace ningún gesto, aparentemente inconsciente.
Jorge Palazón, líder de Prodein, acusa a los policías de “un nivel de violencia muy elevado” y reclama que el inmigrante “tendría que haber tenido asistencia sanitaria”.
“Todo fue absolutamente contrario a la ley. Es un monumento al desprecio hacia todo: hacia la ley, la moral, la ética”, dijo Palazón a la AFP este viernes.
Las organizaciones humanitarias acusan a la policía española de ejecutar “devoluciones en caliente” de los inmigrantes que asaltan en grandes grupos la valla fronteriza de Melilla.
Una portavoz de la delegación del gobierno español en Melilla, Irene Flores, dijo que el inmigrante no fue herido y ofreció “resistencia pasiva”.
El gobierno español se niega a considerar que los inmigrantes que consiguen escalar la valla hayan alcanzado territorio español por lo que tiene derecho a deportar a los que han quedado encaramados a la reja.
“La Guardia Civil actúa cumpliendo escrupulosamente la ley. Se cumplen los rechazos porque para nosotros no son devoluciones en caliente sino rechazos en frontera”, defiende Flores.
El 6 de febrero alrededor de 15 inmigrantes se ahogaron en aguas marroquíes tratando de alcanzar a nado la playa de Ceuta, el segundo enclave español en el norte de África.
Varios testigos acusaron a las fuerzas de seguridad españolas de disparar pelotas de goma a los inmigrantes en el agua. El gobierno admitió su uso aunque negó que se apuntara directamente a los subsaharianos.
El gobernante Partido Popular (derecha) recibió duras críticas de la oposición por este video, que lo acusó de no tener un protocolo claro sobre la actuación de los agentes fronterizos.
“Estamos ante una evidencia más de un comportamiento absolutamente intolerable de los miembros de la fuerzas de seguridad, inhumano en el trato con las personas”, arremetió el portavoz parlamentario del partido Izquierda Unida, Joan Coscubiela.