Por Verónika Klingenberger
Un buen transporte público nos convertirá en mejores ciudadanos. Pero no esperes que el cambio se empotre contigo y te invite a bajar con el pie derecho. Es hora de aprender a comportarnos a la altura de las circunstancias. Acá una breve guía de cómo hacerlo.
No le hagas caso a los medios. A diferencia de lo que pasó en países como Ecuador y Colombia, por ejemplo, los medios locales han concentrado sus fuerzas en criticar todo lo que puedan y resaltar solo los puntos negativos de la reforma. De hecho que la reforma no es perfecta, que hay y habrá problemas, que no será fácil el cambio. Pero es increíble que no se plantee ningún debate útil del cual sacar propuestas y soluciones. En ningún país del mundo una reforma como esta (han sido 20 años de caos automotor) ha funcionado a la perfección de la noche a la mañana. Este es el inicio de un cambio que durará muchos meses y que cada día funcionará un poco mejor. ¿Por qué los medios no se suman? Porque ya sabemos a qué coche les conviene subirse.
Busca la información oficial. Aprende bien cuáles son los horarios y las rutas que más te convienen (entra a mml.pe/ corredorazul o pregunta a los orientadores de cada paradero del Corredor Azul) y sé paciente. No es fácil pasar de 4 mil buses a 130, pero a la larga tendremos un transporte más seguro, menos accidentes, más orden y menor contaminación.
Respeta. La mejor forma de ser un buen ciudadano es recordar siempre las necesidades y derechos de los demás. Parece simple, pero es lo que más nos cuesta. No bloquear las puertas de ingreso, subir y bajar por las puertas indicadas, hacer cola, ceder el asiento a quienes lo necesiten, pagar siempre con sencillo y, en general, estar atentos a que el viaje sea lo más pacífico y llevadero para cada uno de los pasajeros.
No apoyes la informalidad. Ahora que nos libramos de combis, buses y coasters, han aparecido taxis colectivos que cobran entre 4 y 5 soles. Este tipo de salida puede parecer fácil (sobre todo cuando las colas son eternas y estás a punto de matar a todos), pero lo cierto es que complicará aún más la reforma generando nuevos paraderos informales y más caos.
Camina. Sí, ya nos habíamos acostumbrado a que la combi pase casi por la cocina de nuestra casa, pero caminar es la esencia misma de lo que significa ser un ciudadano (por eso lo de ‘ciudadano de a pie’). En Lima, caminar es casi un acto de rebeldía, y se necesitan más peatones que reivindiquen algunas verdades: no es tan grave ir de A a C sin tomar una combi o un taxi. Tu cultura como peatón crecerá. Y con suerte pasará lo mismo con las veredas. Reconocerás a otros ciudadanos como tú, lo que fortalecerá la empatía entre limeños. Verás tu ciudad desde otra perspectiva. Ejercitarás el cuerpo y calmarás la mente. Preferible llevar siempre audífonos con tu música favorita para evitar los bocinazos, lastre del que agún día también deberíamos deshacernos.