De Blassio señaló que este carnet ayudará a los cerca de 500.000 inmigrantes sin papeles que se calcula que viven en Nueva York a abrir una cuenta bancaria, alquilar una vivienda, acceder a escuelas o guarderías, anotarse en bibliotecas públicas e inclusive presentarse en entrevistas de trabajo.
“Los que soliciten esta tarjeta no deberán responder ninguna pregunta que atañe a su estatuto migratorio”, insistió el alcalde demócrata. En cambio, la tarjeta “busca normalizar y mejorar la vida de la gente”, explicó luego, al describir la ciudad como un “faro de esperanza e inclusión”.
La carta de identidad estará disponible a partir de enero de 2015 y será gratuita el primer año. Para obtenerla, los solicitantes deberán presentar una prueba de su identidad y su lugar de residencia en Nueva York.
La ciudad tiene 8,4 millones de habitantes, de los cuales 36,9% son extranjeros, según la oficina del Censo.
En Estados Unidos, donde no existe la “cédula de identidad”, a menudo se utiliza la licencia de conducir como prueba de identificación. Sin embargo en Nueva York, una ciudad surcada por un eficiente tren subterráneo, 46% de los habitantes no tienen licencia de conducir.
Pero no todos recibieron con buenos ojos esta medida.
La rama en Nueva York de la ACLU, la mayor organización de derechos civiles en Estados Unidos, advirtió que la nueva ley permite a las autoridades de Nueva York mantener durante dos años los documentos originales presentados por los individuos, y ulteriormente reenviarlos a la policía. Según la organización, sacarse esta tarjeta de identidad sería una “apuesta” que podría traducirse en juicio o deportación.
El consejo municipal votó su creación el 26 de junio.
Este sistema ya existe en otras grandes ciudades como Los Ángeles, San Francisco y Washington.
En Estados Unidos viven unos 11 millones de inmigrantes indocumentados. A nivel federal, el proyecto de reforma impulsado por el presidente Barack Obama está estancado en el Congreso.