“Me gusta matar a quien sea que Dios me pida matar, de la misma forma que me gusta matar a pollos y ovejas”, declaraba en unos de sus primeros vídeos en 2012 el líder del grupo que reivindicó el secuestro de un internado en Chibok, norte de Nigeria, de más de 200 alumnas, el pasado 14 de abril.
Según el departamento estadounidense de Justicia, Shekau podría haber nacido en 1965, 1969 o 1975, en un pueblo de agricultores y de ganaderos cercano de la frontera con Niger, en el estado de Yobe (noreste). Estudió teología con religiosos locales en Maiduguri, la capital del Estado vecino de Borno.
Fue entonces que conoció al predicador Mohamed Yusuf, el fundador de Boko Haram, hace más de 10 años.
Shekau decidió entonces integrar el movimiento lanzado por Yusuf, que seduce a la juventud desocupada de Maiduguri con su denuncia de los valores occidentales instaurados por los colonos británicos, a los que responsabiliza de los males que aquejan a Nigeria, como la corrupción rampante y la inmensa pobreza de la mayoría de la población.
Boko Haram, que significa la “educación occidental es un pecado”, es un nombre rechazado por el grupo, que prefiere Jama’tu Ahlis Sunna Lidda’awati wal-Jihad, “el pueblo comprometido con la propagación de la enseñanza del profeta Mohama y del yihad”. Cada vez más despiadado
Unas declaraciones emitidas por Shekau en un vídeo emitido esta semana, en el que reivindicaba, exaltado, el secuestro de las adolescentes de Chibok, a las que prometía tratar como “esclavas” y “vender en el mercado”, causó indignación en el mundo entero.
Para los nigerianos, este nuevo vídeo refleja al jefe islamista, a quien se le atribuye un gran número de ataques sangrientos desde que tomó el lugar de Mohamed Yusuf a la cabeza de Boko Haram, tras su ejecución por la policía nigeriana en 2009.
“Con Shekau al mando, Boko Haram se ha hecho mucho más despiadado, violento y destructivo”, nota el International Crisis Group (ICG) en un informe reciente.
Incluso Ansaru, una facción del grupo islamista que ha reivindicado secuestros de extranjeros y emitido vídeos de su ejecuciones en internet, o decidió “distanciarse de Boko Haram porque desaprueba las masacres ciegas y la falta de tacto de Shekau”, analiza el ICG.
En tiempos de Mohamed Yusuf, Boko Haram era ya violento, centrado en la aplicación de la sharia, la ley islámica, en el norte de Nigeria, de mayoría musulmana.
Con la llegada de Shekau a la cabeza del grupo, los repetidos ataques contra la poblaciones civiles, cristianas y musulmanas, han hecho olvidar las prédicas de Yusuf contra el corrupto régimen nigeriano, según los expertos. Juan Pablo II y Margaret Thatcher
Antes de la muerte de Yusuf, Shekau le acusaba de “ser demasiado moderado”, según el ICG.
Con el atentado contra la sede de Naciones Unidas en Abuya, en agosto de 2011, que dejó 23 muertos, Boko Haram dio un paso más, que hizo temer una recuperación del grupo por un movimiento yihadista internacional.
Algunos piensan que altos mandos de Boko Haram fueron entrenados en Argelia y en Somalia, pero los vínculos establecidos por el grupo en el exterior no pudieron ser confirmados por los expertos.
Desde 2011, los islamistas tomaron como objetivo iglesias, mezquitas y símbolos de poder, al igual que escuelas, universidades y residencias estudiantiles, masacrando a estudiantes mientras dormían.
Considerado un “terrorista a escala mundial” por Estados Unidos, que ofrece por él siete millones de dólares, Shekau ya ha sido dado por muerto dos veces por las fuerzas de seguridad nigerianas, antes de reaparecer en vídeos, su principal medio de comunicación.
En sus intervenciones filmadas, un Shekau vociferante y agitado amenaza objetivos nigerianos que luego a veces lleva a cabo.
En otros, parece totalmente desconectado de la actualidad, amenazando a dirigentes mundiales ya muertos, como a la antigua primera ministra británica Margaret Tatcher o al antiguo papa Juan Pablo II.