Por: Sabrina Rodríguez
Los defensores de la educación inclusiva siempre resaltan el valor enriquecedor de que los profesores y alumnos convivan con un compañero con discapacidad.
En teoría, muchos padres comparten este discurso. Sin embargo, en la práctica, no lo aplican por miedos y ciertos prejuicios de que esto afecte el aprendizaje de sus hijos.
La situación es especialmente notoria cuando el niño que busca ingresar a una escuela regular tiene habilidades intelectuales distintas como sucede en el síndrome de Down.
Para Anité Puente-Arnao, directora de la Asociación Educativa Kallpa, entidad dedicada a mejorar la calidad de vida de las personas con trastornos en el desarrollo cognitivo, señala que sí es posible integrar a un niño con síndrome de Down en los colegios regulares.
‘Es absurdo pensar que su ritmo de aprendizaje diferente afectará el desempeño del grupo regular. La presencia de un niño o joven con síndrome Down se convierte en un valor para la escuela’, opina la experta.
Partiendo de ello, Puente-Arnao atribuye al docente la responsabilidad de integrar a estos niños al aula. Como parte de sus funciones, dice, los maestros deben ‘idear ‘una metodología para potenciar las habilidades de sus estudiantes y reforzar falencias. ‘El profesor debe identificar las fortalezas de sus alumnos y trabajar en las dificultades que presenta cada uno de ellos’, sostiene.
Aquellos colegios que aducen no contar con un personal ‘especializado’ para impartir clases a un niño con síndrome de Down, les propone ver el tema desde otra perspectiva.
‘Con esto, el profesor puede aprender nuevas formas de llegada a sus alumnos, a identificar diferentes metodologías de enseñanza, de evaluación’.
En este sentido, la especialista sugiere que los profesores usen los llamados ‘facilitadores de aprendizaje’, es decir, recursos como cartulinas que ayudan al niño a aprender con mayor facilidad.
Puente-Arnao niega que, para integrar a los niños con síndrome de Down, haya que cambiar la currícula escolar. ‘Más bien hay que adecuar la currícula y revisar sus objetivos’, acota.
Como estrategia adicional, aboga por los refuerzos académicos, es decir, sesiones donde un profesional apoye al niño con habilidades distintas en sus dudas académicas.
Como última sugerencia, recomienda adecuar las evaluaciones para que, en lugar de que este alumno redacte una respuesta larga, pueda escoger entre varias opciones ya definidas.
‘Todo esto puede sonar complejo, pero en la práctica es sencillo (…). Es un ejercicio de docencia’, dice.
La directora de Kallpa recuerda que la Ley General de Educación obliga a incluir a las personas con discapacidad en los niveles de inicial, primaria, secundaria, técnico y superior. ‘Las personas con síndrome Down tienen el derecho de aprender todo. Su presencia en una escuela regular contribuye al crecimiento de una sociedad de respeto, de valor a la diversidad humana, a las diferencias que todos como seres humanos tenemos’, asegura.
Actividades
Por el Día Mundial del Síndrome de Down, la Sociedad Peruana de Síndrome de Down ha preparado algunas actividades:
Música y baile en Miraflores. En el Parque Kennedy, este viernes desde las 6 p.m., se presentará el grupo de rock Magenta y habrá actuaciones de tango y marinera.
Bicicleteada. Será el domingo 23 a partir de las 8:30 a.m. desde la cuadra 1 a la 5 de la Av. Arequipa.