Pese a cumplirse un año de su asunción como Papa, Francisco no hizo ayer ninguna celebración especial y más bien se quedó en un convento en las afueras de Roma, Italia, donde realiza un retiro espiritual por Cuaresma.
No obstante, sí tomó su cuenta de Twitter para pedir a sus más de 12 millones de seguidores en la red social que lo acompañen con oraciones en su tarea de líder de la Iglesia católica.
‘Recen por mí’, escribió en la cuenta @pontifex. Esta frase fue la misma que dijo cuando apareció por primera vez hace un año en el balcón de la basílica de San Pedro. Cabe indicar que el mensaje se repitió en nueve idiomas.
Fiel a su estilo, Francisco, elegido la tarde del 13 de marzo del 2013, optó por pasar estos días de Cuaresma (la preparación previa a la Semana Santa) lejos de la bulla. Desde el 10 de marzo se encuentra de retiro espiritual en una residencia religiosa de la localidad de Ariccia, al sureste de Roma, acompañado por 83 cardenales, obispos y religiosos.
‘No ha querido nada especial o diferente de lo que siempre ha hecho. Es coherente con su estilo de pontificado: sobrio’, comentó el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
La ausencia del Papa del Vaticano, lejos de sus seguidores, es otro gesto de sobriedad del pontífice argentino, que renunció a todo tipo de lujos, usa un lenguaje directo y claro y se deja tocar y abrazar por fieles durante las audiencias públicas.
En una reciente entrevista al diario italiano Il Corriere della Sera, Francisco contó que decidió cumplir esos retiros espirituales fuera del Vaticano porque en el pasado algunos colaboradores ‘escuchaban las prédicas y volvían a trabajar’, sin cumplir con ese ayuno físico y mental que considera clave para abandonar la vida mundana.
Hoy, el Papa regresará al Vaticano en un autobús tras seis días dedicado a la reflexión espiritual.