AFP. El presidente Nicolás Maduro convocó a un diálogo nacional para responder a una ola de protestas que dejan 10 muertos y luego de que el sábado tuviera lugar la mayor manifestación contra su gobierno, volviendo a colocar al líder opositor Henrique Capriles en el centro de la escena.
El sábado, decenas de miles de personas respondieron a una convocatoria de Capriles, gobernador de Miranda y excandidato presidencial que en abril de 2013 perdió por estrecho margen ante Maduro, tras lo cual el mandatario llamó a instalar el diálogo nacional.
“Es una conferencia nacional de paz la que voy a instalar el próximo miércoles con todos los sectores sociales, políticos, gremiales, religiosos”, dijo Maduro ante una multitud de simpatizantes reunidos en las afueras del palacio presidencial.
Las manifestaciones, oficialistas u opositoras, se han convertido en algo cotidiano en Venezuela desde principios de febrero. Este domingo centenares de simpatizantes del chavismo, en su mayoría de la tercera edad, manifestaron en el centro de Caracas y fueron recibidos por Maduro.
El resto de la capital, donde no hubo convocatoria opositora, seguía su ritmo habitual de los domingos luego de que por la noche, en el municipio de Chacao, se desataron disturbios entre manifestantes radicales y fuerzas del orden que dejaron 25 personas lesionadas.
Poca posibilidad de diálogo Maduro detalló que se reunirá con distintos sectores para lanzar el diálogo nacional. El lunes fueron convocadas organizaciones de motociclistas y gobernadores estatales, incluidos los opositores, entre ellos Capriles.
“Mañana en la tarde hay consejo federal, está en la constitución, queremos su transmisión en cadena (de televisión) y que el país vea y escuche la verdad”, escribió Capriles en Twitter sin aclarar si acudirá.
El politólogo y analista John Magdaleno se declaró “escéptico” ante este llamado al diálogo porque 15 años de chavismo han demostrado que “no hay posibilidad” de encuentro entre fuerzas políticas.
“El gobierno está percibiendo crecientes costos entre la opinión pública nacional e internacional por la actuación de los cuerpos de seguridad, y con este diálogo busca una suerte de apaciguamiento”, dijo a la AFP.
Al caer la noche, ciudades como Caracas, San Cristóbal, Mérida (oeste) o Valencia (norte), son escenario de choques entre grupos radicales que bloquean las calles y son dispersados por fuerzas antimotines y la Guardia Nacional con chorros de agua, gases y disparos de perdigón. En las refriegas también se han denunciado ataques a balazos de presuntos simpatizantes del chavismo.
Las protestas han dejado 10 muertos, cinco de ellos por bala. Este domingo, Maduro denunció que la noche del sábado en San Cristóbal un joven fue apuñalado por manifestantes, pero la alcaldía opositora de esa ciudad sostuvo que la víctima fue atacada en un asalto.
Las manifestaciones, iniciadas el 4 de febrero por estudiantes de San Cristóbal ante la inseguridad que golpea al país, se extendieron a otros puntos de Venezuela sumando reclamos contra la inflación, el cese a la represión policial y la liberación de detenidos en las protestas.
Tras la multitudinaria marcha del sábado convocada por Capriles, analistas consideran que el dirigente opositor que se había desmarcado de la estrategia de “La salida” impulsada por el detenido Leopoldo López y otros opositores con protestas callejeras para obligar una salida del gobierno está recuperando su posición de liderazgo que por momentos parecía cuestionado.
“Queda demostrado que el liderazgo de Capriles sigue en pie”, dijo a la AFP el analista político Ángel Oropoeza, profesor de la Universidad Simón Bolívar.
Para Magdaleno, ahora Capriles podría marcar un “punto de equilibrio” luego de “la precipitación” para tomar las calles a reclamar “La salida” del gobierno por parte de Leopoldo López, quien se encuentra en una prisión militar desde el pasado martes acusado de incitar a la violencia.
El sábado, la oposición ratificó que continuará con las movilizaciones en la calle hasta que el gobierno responda a sus reclamos, aunque las fiestas de carnaval podrían influir en las movilizaciones.
Este domingo, Maduro reiteró que el próximo jueves 27 de febrero será feriado en Venezuela para conmemorar el Caracazo de 1989, por lo que, sumado a los días de carnaval, el 3 y 4 de marzo, serán prácticamente seis días de vacaciones.
Magdaleno no descarta que declarar un día adicional de asueto sea una “estrategia de Maduro para desactivar las manifestaciones en los próximos días”.
“Va a haber carnaval, va haber parranda, fiesta, disfraces… que viva el carnaval venezolano”, dijo Maduro este domingo ante sus simpatizantes.