Por: Felipe Guerrero
¿Fue un error no haberse sentado antes a conversar con el Perú, o la política de ‘cuerdas separadas’ de Santiago era lo mejor? Chile decidió en su momento que no había ningún litigio, dado que existían tratados perfectamente válidos. Esa ha sido la postura invariable de nuestro país y creo que eso va a ser evaluado por la Corte, pero no veo ninguna razón para modificar lo que ha sido nuestra defensa jurídica, que ha sido impecable y sistemática durante muchos años.
En Colombia se han cuestionado la permanencia en el Pacto de Bogotá tras el desfavorable fallo con Nicaragua. En Chile también han habido voces planteando lo mismo en caso de un escenario adverso. ¿Qué le parece? Soy totalmente contrario a esa postura. Chile es un miembro responsable de la comunidad internacional, la Corte de La Haya es un órgano principal de las Naciones Unidas, somos miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y me parece que en ningún caso esto debiera ser evaluado en referencia a un fallo específico. Si Chile decidiera optar por un camino distinto, lo tiene que hacer en otro momento….
¿Es el fallo inmediatamente ejecutable o no? Creo que no es posible hacer una consideración definitiva mientras no escuchemos el fallo del próximo lunes. Pero me parece muy difícil imaginar que una ejecución sea inmediata, pues requiere de una serie de modificaciones en la legislación interna de parte de los dos países, y de acuerdos para no generar dificultades mayores. Por lo tanto, quienes están planteando una ejecución inmediata me parece que están incurriendo en un acto político y no en una visión madura de lo que es el manejo de las relaciones internacionales.
Usted fue canciller durante el gobierno de Eduardo Frei, ¿había en ese entonces atisbos de la demanda? No, al contrario. Nosotros suscribimos -y a mí me tocó negociar el proceso- el acuerdo de entrega definitiva del malecón de atraque y de las otras facilidades que el tratado de 1929 ponía a disposición del Perú en la ciudad de Arica. En ese entonces el canciller Fernando de Trazegnies y el presidente Alberto Fujimori manifestaron de manera expresa que se cerraban todos los capítulos limítrofes vinculados (o no) a la Guerra del Pacífico entre Chile y Perú.
Independientemente de lo netamente comercial, ¿quedan dañadas las relaciones cuando uno pierde y otro gana? Las relaciones con Perú son más importantes que el fallo. Los latinoamericanos no tenemos tiempo para mantener un grado de tensión como el que puede generarse a partir de este episodio, en un marco en el que el mundo se organiza en grandes regiones que compiten por recursos, en un mundo cada vez más difícil y con amenazas serias para la paz. En ese cuadro, tenemos que tener un acto de sobriedad y de madurez para entender que nuestras relaciones con Perú son fundamentales, así como lo son las que tenemos con Bolivia y Argentina.
¿Cómo debe enfrentar lo que viene el gobierno entrante de Michelle Bachelet? Por lo que he visto en el programa de política internacional de la presidenta Bachelet, es evidente que la tarea que viene es de recuperación de nuestra relación con América Latina. Una recuperación que hoy es urgente debido a que no estamos en buen pie con la región… Se requiere un salto adelante en el terreno de la integración. Chile tiene que aparecer como un país que coopera dentro de la región.
¿Y cómo calificaría la política exterior del gobierno de Sebastián Piñera? Creo que no tuvo un énfasis latinoamericano, me voy a limitar a decir eso.