Los smartphones socavan las cuentas de Nintendo

Nintendo pensaba vender 9 millones de consolas de salón Wii U este año pero se quedarán en unos 2,8 millones.

El pionero japonés de los vídeojuegos, Nintendo, advirtió este viernes que cerrará este ejercicio fiscal en rojo debido a la estrepitosa caída de las ventas de las consolas y los juegos debido a la competencia, en particular, de los smartphones.

Para este año fiscal (abril 2013-marzo 2014), el creador de Mario y Pikachu espera una pérdida neta de 25.000 millones de yenes (190 millones de euros) muy lejos de los 55.000 millones de beneficios esperados con anterioridad.

En 2012-2013 registró un pequeño beneficio aunque mantuvo su déficit operativo y parece que lo repetirá este año.

Nintendo prevé un déficit operativo de 35.000 millones de yenes y un volumen de negocios que rondará los 590.000 millones, muy por debajo de los 920.000 millones calculados con anterioridad.

En cinco años, sus ingresos por ventas se han dividido por cuatro.

En 2008-2009, el grupo, entonces en la cumbre de su gloria amplificada por la debilidad del yen, registraba un beneficio de explotación cercano al volumen de negocios que prevé para este año.

Nintendo ha justificado esta revisión de sus previsiones por la imposibilidad de cumplir sus objetivos comerciales.

“Las ventas de consolas durante las fiestas de fin de año no llegaron al nivel previsto y por tanto el volumen de negocio de los juegos ha sido muy inferior a lo esperado”, explicó el presidente del grupo Satoru Iwata, en una conferencia de prensa.

Dado el entorno económico internacional favorable, con una recuperación confirmada en particular en Estados Unidos y Japón, así como la pérdida de valor del yen que ha beneficiado a las exportaciones, el batacazo de Nintendo es, si cabe, más duro.

Pero todo esto refleja un problema más profundo. Y es que sus productos han perdido atractivo.

Nintendo pensaba vender 9 millones de consolas de salón Wii U este año pero se quedarán en unos 2,8 millones. Y el número de juegos asociados se quedará en 19 millones, dos veces menos de lo previsto con anterioridad.

Estos datos reflejan el fracaso de la Wii U lanzada a finales de 2012, en la que la empresa de Kioto había puesto todas sus esperanzas.

Los resultados tampoco serán buenos para la consola de bolsillo 3DS, de la que se venderán en el mejor de los casos 13,5 millones de unidades en todo el mundo y no 18 millones como se esperaba, y 66 millones de juegos Nintendo para esta máquina diminuta de dos pantallas, 14 millones menos de los esperados.

La competencia de los teléfonos inteligentes o smartphones es la culpable de las dificultades que ha atravesado en los últimos años esta empresa centenaria, especialista en juegos de cartas antes de lanzarse a los vídeojuegos hace tres décadas.

Estos pequeños aparatos multimedia sustituyen muy bien a las consolas para los jugadores ocasionales. Y además, los juegos para los teléfonos son más baratos y a menudo incluso gratuitos.

En Japón, las ventas de consolas y los juegos vídeo para ellas han caído 9% el año pasado en comparación con las de 2012 y el 40% en los últimos cinco años.

Al mismo tiempo, Japón se convirtió el año pasado en el primer mercado mundial de aplicaciones para smartphones, por delante de Estados Unidos, gracias a los juegos.

En otros lugares, las aplicaciones para smartphones arrasan en detrimento de los juegos para consolas, sin contar con que Nintendo tardó en reaccionar para proponer contenidos descargables.

También contrastan con el excelente inicio de la consola de salón PlayStation 4 de Sony lanzada fuera de Japón a finales de 2013, desmarcándose de Wii U y de otras plataformas lúdicas gracias a su mayor poderío técnico.

Además, recuerda el presidente de Sony Computer, Andrew House, “es más que una consola de juego, es una verdadera central multimedia conectada a internet para beneficiarse de todas las creaciones audiovisuales”.

Nintendo anunciará un nuevo plan estratégico a finales de mes.

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