¿Es necesario ir a la universidad?

El modelo tradicional “universidad es igual a trabajo” empieza a morir. Muchos jóvenes brillantes ahora optan por crear sus propias empresas.

Por: Elisabeth Braw

A las universidades de todo el mundo asisten jóvenes que incluso nunca quisieron hacerlo. Se suele pensar que un título es clave para tener éxito. Pero ¿lo es? En España, el 53% de jóvenes está desempleado, incluyendo a los que tienen un título.

Hay una nueva tendencia mundial que está cobrando fuerza: evitar la universidad. Hemos visto un gran crecimiento en este interésº, dijo Dale Stephens (21), fundador de Un-College, organización que alienta a adolescentes a descartar la educación superior. Este año, tuvimos 200 solicitudes en nuestro programa de diez cupos de año sabático, dijo.

La edad en la que se espera que se vaya a la universidad es muy arbitraria: ¿por qué debe ser cuando se tiene cerca de 20 años?, indica Stephens.

En Silicon Valley, la meca del emprendimiento tecnológico, el ejemplo de abandonar la universidad de Bill Gates y Mark Zuckerberg se ha generalizado. El diploma que acredite una educación universitaria es importante, pero este modelo podría colapsar, señala Josh Calder, futurólogo de la firma consultora Foresight Alliance.

En un mundo transparente, la reputación y las habilidades demostradas podrían comenzar a reemplazar el diploma, del cual todavía dependemos.

El costo de las universidades es también un argumento contra la educación superior. En el periodo 2000- 2012 los precios se duplicaron en Estados Unidos.

Aunque muchos jóvenes complementan su educación con trabajo, dos tercios de los universitarios de Estados Unidos ahora están solicitando préstamos estudiantiles.

El director de Asuntos Públicos de la firma consultora MSLGroup para Europa, Medio Oriente y África, Leonardo Sforza, recibe multitudes de solicitudes de empleo decoradas con títulos.

Los jóvenes que están buscando su primer trabajo vienen con un currículo académico más rico que en el pasado, explica Sforza.* Tienen múltiples diplomas, que a menudo son adquiridos en diferentes países y universidades, y tienen habilidades multilingües.*

Sin embargo, acota Sforza, cuando los jóvenes bien acreditados académicamente tienen que poner sus conocimientos en práctica, a menudo se quedan cortos.

Pero ¿qué piensan las universidades sobre este tema? La gente habla sobre el éxito de Bill Gates, Mark Zuckerberg y Steve Jobs, pero son anormalidades extremas, advirte Daniel Hurley, director de Análisis de Políticas de la Asociación Estadounidense de Escuelas y Universidades Estatales. A menos que seas brillante, necesitarás de un título universitario para tener una buena trayectoria.

Pero jóvenes como Rujul Zaparde no lo han necesitado. A los 19 años cambió un puesto en Harvard por cofundar y desarrollar FlightCar, una startup para compartir automóviles, que lleva funcionando dos años y ya tiene más de 40 empleados.

No me hubiese beneficiado una educación universitaria, explica Zaparde. Teníamos la idea de esta startup, la pusimos en marcha y todo va bien. Pero extraño de la universidad el aspecto social.

Zelia Ziegler Hunts, de 18 años, recomienda a aquellos que estudian en la universidad, sin estar verdaderamente preparados para esa vida, que empiecen a explorar otras opciones. Me di cuenta de que con más tiempo para indagar en lo que quiero hacer podría hacer de mi proceso en la universidad una experiencia más valiosa , afirma Hunt, una de las diez adolescentes que asiste al programa de año sabático de Un-College. Creo que la educación universitaria está sobrevalorada, que muchos la consideran esencial para sus vidas, y podría no serloº.

En cierto sentido, el año sabático de Hunt es una especie de microuniversidad , pero sin tener que acumular grandes deudas. En esta fase inicial del programa estoy viviendo en una casa en San Francisco con otros nueve compañeros y trabajo en una serie de desafíos. Esto incluye leer, escribir y establecer contactos. Es como una universidad, pero más flexible. También es el momento de planificar una pasantía y un proyecto individual.

Así que si el precio de la educación superior continúa en aumento y no hay trabajo garantizado, este modelo de autoaprendizaje podría resultar un prospecto bastante atractivo.

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