Por Navidad y Fin de Año, los empachos de comida están a la orden del día, y resistirse a veces es muy difícil.
El panetón con chocolate, el pavo y el brindis se convierten en la tentación de muchos.
Sin embargo, comer y tomar en exceso puede causar indigestión, malestar general y suponen una gran ingesta de calorías (con el aumento de peso que eso supone).
¿Qué podemos hacer para aminorar estos riesgos? Aquí algunos consejos de la nutricionista de Oster, Adriana Carulla.
1 No te saltes el desayuno. Este 24 de diciembre empieza el día organizando bien tus comidas. Es fundamental que no las suprimas argumentando que así compensarás la gran cena que comerás en la noche. Comienza tomando un buen desayuno. Un juguito con un pan integral relleno de aceituna y queso fresco puede ser una opción , indica la experta. Si tienes un rato libre, aprovecha para hacer algo de deporte.
2 Come algo ligero antes de la cena de Navidad. Si te da hambre antes de la gran cena de Navidad (que suele hacerse después de la medianoche), la nutricionista sugiere picar algo ligero como un par de huevos duros o un vaso de yogur. Así, serás capaz de aguantar sin ansiedad a que te sirvan la cena más tarde.
3 No comas con los ojos. Cuando tengas el pavo y todos los demás platos a tu alrededor, aplica el sentido común. Trata de escoger con sabiduría los alimentos y balancéalos. Por ejemplo, sírvete una buena porción de ensalada sin mayonesa y evita comer el pellejo del pavo. Escoge entre el puré de manzana, el camote o el arroz, pero no los tres al mismo tiempo.
4 Mide tus porciones. Un buen truco es rellenar la mitad de tu plato con ensalada y en la otra mitad poner el pavo y la porción de carbohidratos. Eso será suficiente para la cena. Evita repetir.
5 Comparte en familia. La Navidad no solo es la cena. Es también un tiempo para compartir con la familia. Aprovecha ese tiempo para conversar y compartir los mejores momentos del año. Recuerda que mientras menos sobremesa haya, menos tentación de picar tendrás.