Estos tres científicos fueron recompensados por sus innovadores trabajos sobre el sistema de transporte en el interior de la célula, para que “las moléculas sean transportadas al lugar correcto de la célula en el momento adecuado”, según el Comité Nobel.
Sus descubrimientos tuvieron un enorme impacto en la comprensión de la forma en que su carga es entregada dentro y fuera de la célula y tienen implicaciones en los trabajos sobre diversas enfermedades, incluyendo los desórdenes neurológicos e inmunológicos, así como sobre la diabetes, explicó el Comité Nobel.
Así, Südhof trabaja principalmente el autismo, la esquizofrenia y la enfermedad del Alzheimer, según el jurado del premio Kavli, que recibió en 2010.
“La gente normal puede beneficiarse de esta investigación fundamental sobre la manera en que funcionan las células, que tiene implicaciones inesperadas y espectaculares en su propia vida”, explicó a la AFP Schekman, quien obtuvo un doctorado en la Universidad de Stanford y es profesor de biología molecular y celular en la Universidad de Berkeley (California, Estados Unidos).
Los tres llevaron a cabo sus trabajos de investigación de forma independiente.
Cada célula es una fábrica que produce y exporta moléculas. “Por ejemplo, la insulina es fabricada y luego liberada en la sangre y señales químicas llamadas neurotransmisores son enviadas de un nervio al otro. Esas moléculas son transportadas en la célula en pequeños paquetes llamados vesículas”, explicó el jurado.
Estos científicos galardonados con el Nobel de Medicina “han descubierto los principios moleculares que rigen la forma en que esta carga es entregada en el lugar correcto de la célula en el momento adecuado”, agregó.
Schekman, de 64 años, es el pionero de los tres. Inició su investigación en los años ’70, cuando comenzó a estudiar la base genética de la célula utilizando como modelo la levadura.
Descubrió que las células de la levadura que tenían una maquinaria de transporte defectuosa creaban un sistema similar al de un sistema de transporte público mal organizado. Comprendió que la causa de la congestión era genética y prosiguió identificando los genes que habían mutado.
En los años ’80 y ’90, Rothman, de 62 años, comenzó a estudiar el transporte de las vesículas en las células de los mamíferos.
“Rothman, Schekman y Südhof establecieron el mecanismo sofisticado que permite el transporte y la liberación de las moléculas en las células”, destacó el comité.
Rothman, nacido en 1950, obuvo su doctorado en Harvard, pasando luego por el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la Universidad de Stanford, en California.
En 2008 regresó a la costa este, a la Universidad de Yale, donde es profesor y director del Departamento de Biología Celular. “Descifró el mecanismo de las proteínas que permite a las vesículas fusionarse con sus blancos para permitirles transferir su cargamento”, añadió el jurado.
Südhof, de 58 años y naturalizado estadounidense, obtuvo su doctorado en la Universidad de Göttingen. Vive en Estados Unidos desde 1983 y enseña en Stanford desde 2008. “Reveló la forma en que las señales dan instrucciones a las vesículas para que liberen su carga con precisión”, indicó el jurado.
En los años ’90 estudió “la precisión temporal” de las células, para las cuales “todo está en el timing”, según el Comité Nobel.
El Comité Nobel tuvo dificultades para contactar con él, ya que se encontraba de viaje para participar en una conferencia en Baeza, una pequeña localidad del sur de España.
“¿Me está hablando en serio?”, fue su reacción al recibir la noticia.
Su colega James Rothman, de 63 años, se enteró de que le habían concedido el Nobel por una llamada telefónica a las 04H30 de la madrugada.
“Me despertó y me hizo sentir bastante bien”, dijo el científico de la Universidad de Yale en una conferencia de prensa que tuvo lugar entre las dos clases que debía dar en la tarde.
Aludiendo a los problemas presupuestarios que experimentan los Institutos nacionales de Salud, la mayor fuente de recursos para la investigación en Estados Unidos, Rothman dijo que “Es mucho, mucho más difícil (…) empezar hoy, para los jóvenes científicos”.
“Veo las enormes oportunidades y al mismo tiempo el desánimo que los jóvenes científicos sienten en este país y es algo a lo que tenemos que atender si queremos que este país se mantenga como el gran líder mundial competitvo que ha sido”, advirtió.
Los tres investigadores se repartirán los 8 millones de coronas suecas del premio (unos 915.000 euros).
Este trío sucede al médico e investigador japonés Shinya Yamanaka y al biólogo británico John Gurdon, galardonados en 2012.
El Premio de Medicina es el primero de la temporada de los Nobel 2013. Será seguido por el de Física el martes, el de Química el miércoles, el de Literatura el jueves, el de la Paz el viernes y el de Economía el lunes.