El organismo del heterocephalus glaber produce proteínas casi perfectas, descubrieron biólogos de la Universidad de Rochester cuyo estudio aparece en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS por su sigla en inglés).
Las proteínas están implicadas en casi todas las funciones del cuerpo y por eso son esenciales para todos los organismos vivos.
Pero, explican los investigadores, para que esas proteínas puedan cumplir sus funciones, en primer lugar deben tomar la forma que les permita integrarse e interactuar eficazmente con las demás estructuras celulares.
Los científicos descubrieron que entre las ratas-topo desnudas, el ribosoma, la “máquina” que sintetiza las proteínas, es único.
Cuando el ribosoma ensambla aminoácidos para crear una proteína pueden ocurrir errores. Pero en este roedor las proteínas fabricadas por sus células tienen 40% menos de probabilidades de contener un error que, por ejemplo, el organismo de los ratones.
“Es importante porque proteínas sin alteraciones permiten que el cuerpo funcione más eficientemente”, explica Andrei Seluanov, de la Universidad de Rochester, uno de los autores del estudio.
“Aunque se trata de investigación básica, esperamos que nuestro descubrimiento impulse otros trabajos sobre los medios de mejorar la síntesis de las proteínas” con eventuales tratamientos para humanos al final del camino, afirma Vera Gorbunova, de la misma universidad.
Ambos científicos habían publicado en junio un estudio en la revista británica Nature en la que mostraban por qué la rata-topo desnuda no sufría de cáncer. Jamás ha sido descubierto un caso de cáncer en este animal que vive en África oriental. Seluanov y Gorbunova descubrieron que la presencia de ácido hialurónico impide que las células del roedor se aglutinen y formen tumores.
Mientras que las investigaciones sobre el cáncer son a menudo realizadas en ratones, estos dos biólogos decidieron, en cambio, estudiar animales que parecen resistirlo.
Los ratones tienen una esperanza de vida media de dos años en ausencia de predadores, la rata-topo desnuda puede vivir hasta treinta años, a pesar de su delgada constitución. Un ejemplar adulto mide alrededor de ocho centímetros y pesa 35 gramos.