Por: David Trads
Marc Vigil, una celebridad de la televisión española, recientemente se fue a Ciudad de México por una sencilla razón: España es el pasado; México, el futuro. ‘En España todo es un problema. Aquí, en México, todo es posible. Hay más trabajo y se siente un gran espíritu de lucha y creatividad en su gente’, explicó Vigil al International Herald Tribune.
Pero Vigil no está solo. Lesley Téllez de California, EE.UU., también se mudó a México con la idea de buscar una mejor vida, mejores oportunidades… sencillamente para tener éxito. ‘Hay una energía aquí, una sensación de que todo puede suceder. Es difícil encontrar eso en Estados Unidos’, le comentó Lesley al mismo periódico.
Estadísticas recientes confirman el momento: ¡ahora entra más gente a México de la que sale! Después de décadas de emigración, especialmente hacia Estados Unidos, la tendencia está cambiando. México ahora recibe a gente de América del Norte, Asia, Europa y el resto de América Latina en busca de mejores oportunidades. Un millón de extranjeros ahora vive legalmente en México y los inmigrantes aumentan a un ritmo de 10% cada año.
La revolución más grande ocurre entre Estados Unidos y México: la tendencia desde hace cinco años parece comenzar a revertirse. México parece estar convirtiéndose en la tierra prometida de leche y miel, pues ahora miles cruzan la frontera de norte a sur. Por tal motivo, el debate político en Estados Unidos no se comprende: Washington parece más preocupado en ver cómo mantener a los mexicanos afuera, cuando el verdadero problema va en sentido contrario.
Hoy la economía mexicana, que parecía que se estaba frenando un poco, está avanzando a un ritmo más rápido que las de Estados Unidos y Brasil. Además, el costo de la mano de obra está convirtiendo a México en un fuerte competidor incluso de China. Eso crea nuevos negocios y muchos puestos de trabajo.
Ernesto Rodríguez Chávez, ex director de Migración del Ministerio del Interior de México, le explicó al Herald Tribune lo que está pasando: ‘México está cambiando, todos los números apuntan en esa dirección. Ha habido una apertura al mundo en todos los aspectos’. Las palabras de Rodríguez son muy fáciles de corroborar. En Ciudad de México, por ejemplo, se puede ver la mezcla de la cultura tradicional con muchas otras del mundo.
Pero no todo es perfecto. México aún enfrenta enormes problemas. Su grado de desigualdad está entre los más altos del mundo. Tiene a Carlos Slim, uno de los hombres más ricos del planeta junto a miles de personas en pobreza extrema. La guerra entre los cárteles de la droga y las autoridades aún es cruenta: más de 60 mil personas han sido asesinadas en los últimos años. La corrupción que ahoga a muchas empresas, tanto pequeñas como grandes, está todavía en un nivel muy alto.
A pesar de eso, México puede decir que vive un buen momento. Con el tiempo, la inmigración tomará el lugar de la emigración y será la mejor receta para un crecimiento sostenible. Una creciente población en combinación con una economía en crecimiento es una poderosa mezcla. Pregúntenle a Estados Unidos, que ha basado su poderosa posición global exactamente en esa ecuación durante décadas. Ildefonso Guajardo Villarreal, ministro de Economía de México, le dijo al Herald Tribune: ‘Tenemos que aprovechar el momento mexicano para beneficiar a todos los sectores de la sociedad, no solo a los recién llegados, los inversores y unos pocos privilegiados’.