Medio millón de personas dejó la pobreza en Perú en 2012, un año en que el buen desempeño económico del país permitió reducir el total de pobres en 2,0 puntos porcentuales en relación al año anterior, según un informe oficial divulgado este miércoles.
La pobreza pasó de 27,8% a 25,8% de una población de 30 millones de habitantes, una reducción que benefició a 509.000 personas, aunque aún 7 800 000 peruanos se encuentran en situación de pobreza, según el informe del estatal Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
El jefe del INEI, Alejandro Vílchez, indicó en rueda de prensa que en 2012 “continuó la disminución de la pobreza monetaria”, en Perú, medida como aquella que refleja la incapacidad de consumo y pago de servicios.
La investigación reveló que en 2012 la pobreza extrema llegó a 1.800.000 personas, lo que en términos porcentuales representó un 6% de la población, que al compararse con el año anterior marcó una disminución de 0,3% (69.000 personas).
“La reducción de la pobreza extrema se da en menor proporción porque se trata de una población con múltiples privaciones y que a su vez reside en zonas de difícil acceso”, señaló Vílchez.
Para el INEI la medición de la pobreza monetaria no toma en cuenta el ingreso de las personas sino el monto disponible para cubrir las necesidades de la canasta básica de consumo que se estima tiene un costo de 284 nuevos soles (110 dólares) por persona.
El costo mensual de esa canasta básica es de 1.420 nuevos soles (546 dólares) si se considera una familia de cinco miembros. “Aquellas personas que tienen (una capacidad de) gasto por debajo de ese monto son consideradas pobres en Perú”, explicó el funcionario.
En pobreza extrema se encuentran quienes no disponen de ingresos para gastos por encima de 151 nuevos soles mensuales (58 dólares), o 755 nuevos soles (290 dólares) para una familia tipo.
El informe del INEI precisa que la pobreza disminuyó en mayor medida en el área rural en que se atenuó 3,1% al pasar de 56,1% en 2011 a 53% al año siguiente.
Perú ha sido en la última década una de las economías de mayor crecimiento en América Latina, con índices de expansión promedios por encima del 5%, lo que ha permitido una paulatina reducción de las altos índices de pobreza.