En un día cualquiera de enero, en Guatemala, seis mujeres y dos niñas son asesinadas. ‘No soy capaz de encontrar una razón para este asesinato’, dice Rosa Franco, madre de María Isabel, quien fue asesinada a los 15 años. ‘Pero así es la vida de una mujer en este país lleno de autoridades corruptas. Yo sospecho de varias personas, incluyendo un traficante de drogas de 45 años que había estado acosando a mi hija. Él le pidió salir con ella, pero ella se negó’.
Bienvenidos al mundo del siglo XXI, donde un tercio de las mujeres se convertirá en víctima de la violencia al menos una vez en su vida. En el Perú, la situación es peor: ‘Nosotros tenemos diez feminicidios al mes’, comenta María Ysabel Sedano García, vocera de Demus, una organización que trabaja por los derechos de la mujer.
La violencia contra la mujer sigue siendo común también en países desarrollados. En Suecia, el 46% de las mujeres declara haber sido víctima alguna vez. ‘La violencia contra las mujeres es una epidemia escondida’, señala Ann Veneman, ex directora ejecutiva de Unicef. ‘Todos sabemos que las mujeres están siendo tomadas como armas de guerra en lugares como la República Democrática del Congo, pero en el mundo desarrollado el problema es ocultado’.
La mayor parte de la violencia contra mujeres ocurre en sus propios hogares, cometida por sus novios o esposos. ‘La violencia de pareja a menudo tiene un componente psicológico’, explica Markku Heiskanen, experto en violencia doméstica del Instituto Europeo para la Prevención y el Control del Delito. ‘Y las mujeres quieren proteger a sus actuales parejas. Cuando hablan sobre relaciones anteriores, recién allí mencionan mucho más la violencia’, agrega.
Las mujeres jóvenes, especialmente, son víctimas de las agresiones por parte de los hombres. Casi la mitad de todos los asaltos sexuales a nivel mundial son cometidos contra niñas menores de 16 años. ‘En muchos casos son niñas de hogares difíciles, atrapadas por hombres que les dicen que las aman, pero que en realidad son proxenetas’, dice Veneman.
‘No solo hablamos de países en desarrollo, esto está sucediendo en América del Norte y Europa’. Pero hay también buenas noticias. Se están construyendo cada vez más refugios que atienden a mujeres necesitadas, incluso en países donde la violencia contra ellas ha sido tolerada por mucho tiempo.
Las víctimas están siendo capacitadas en oficios para que en algún momento puedan ganar su propio dinero. Y ya hay cambios en todo el mundo, incluso en sociedades tradicionalmente machistas. En la India, la violación y muerte de una joven condujo a protestas sin precedentes en Nueva Delhi. Y en China, la pena de muerte de Li Yan, una mujer condenada por matar a su marido después de ser abusada por él durante años, causó una inusual protesta pública. El pasado 14 de febrero, la organización global VDay llevó a cabo el One Billion Rising, un evento sin precedentes para protestar contra la violencia que sufren las mujeres. Y este mes, líderes mundiales se reunieron en la sede de la ONU en Nueva York para hacerle frente al problema.