Por Óscar García
Si bien Twitter es una herramienta de comunicación que puede fomentar una interacción fluida y horizontal entre autoridades y ciudadanos, no muchos gobernantes se valen de él o solo lo usan con fines electorales.
Tomemos como ejemplo al presidente Ollanta Humala (@ollanta_humalat). En su primer año como ‘tuitero’ (abrió su cuenta el 2 de junio del 2010, cuando la campaña electoral estaba calentando), el mandatario peruano envió 494 mensajes a sus seguidores (353.547 actualmente).
Pues bien, en su primer año de gobierno, el mandatario peruano solo ha usado su cuenta 94 veces y nunca para absolver una pregunta o rebotar un comentario o noticia (hacer un mention o dar un ‘retuit’, en jerga tuitera).
Un estudio global publicado ayer por la firma de comunicaciones y relaciones públicas Burson-Marsteller sobre Twitter y el uso que le dan los gobiernos de 125 países, indicó que esta costumbre no es exclusiva del Perú. Las cuentas de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y del mandatario francés Francois Hollande han sido abandonadas desde que ocuparon sus cargos.
Volviendo a Humala, el tuit más rebotado del presidente peruano fue: ‘Ni un día más. Mi juramento con el Perú y la democracia fue y es: No a la reelección’, emitido el 20 de setiembre del 2011. Tuvo 510 rebotes.
El informe de Burson-Masteller revela además que si bien nuestro presidente sigue a pares suyos con cuentas en esta red social, como los presidentes de Estados Unidos, Venezuela, Chile, Ecuador y de Brasil, ninguno de estos lo sigue a él. Solo los de Colombia y de Argentina lo hacen.