Por Jordan Pouille Metro World News
China celebra hoy su festival de la primavera, un día especial que marca el inicio de su año nuevo número 4710. Serán 8 días de fiesta y buenos deseos, felicidad y prosperidad para todos. En China, las personas mayores disfrutan del tan esperado show anual de la televisión estatal, mientras sus hijos casados cocinan y celebran con los amigos.
La poderosa fuerza económica e industrial de China se detiene por un día. El sistema de trenes se convierte en un caos mientras millones de viajeros dejan atrás las fábricas del sur y las grandes ciudades para regresar a casa y disfrutar. Pero todo vale el sacrificio: el año nuevo chino es la única época del año en la que muchos trabajadores migrantes tienen la oportunidad de ver a sus esposas e hijos.
Las celebraciones son ruidosas para espantar a los malos espíritus. En Taishan, provincia de Guangdong, un grupo baila frente a todas las casas recién construidas y pasada la algarabía se aprovechan de la hospitalidad del dueño y le piden una contribución para los artistas.
En Shanghái, todos los centros comerciales cambian su decoración navideña por las linternas rojas, estatuas de dragones y música tradicional. En Beijing, la capital, se venden en cada esquina fuegos artificiales que se encienden a toda hora. Sin embargo, hay que tener precauciones: 2 personas fallecieron y 223 resultaron heridas en las celebraciones del año pasado.
El año nuevo chino es también un festival gastronómico. El primer ministro, Wen Jiabao, disfruta de aparecer en las casas de los ciudadanos pobres con un mandil para cocinarles frente a las cámaras. Otros disfrutan de comida más barata como dulces, tortas, bagre dorado y un pudín hecho de arroz y azúcar.