Cada uno de nosotros ha nacido con trillones de pequeñas fábricas que proveen de energía a nuestro organismo para que funcione a tope. Estas fábricas invisibles de combustión de energía se llaman mitocondrias. Convierten el oxígeno y la comida que ingerimos, que llega a través de la sangre a las células, en energía vital utilizable.
Así, cuando hablamos de metabolismo, normalmente nos refirimos a las mitocondrias. Si estas son eficientes, están quemando calorías y acelerando tu metabolismo; si no lo son, sucede lo contrario y el metabolismo se vuelve lento.
La buena noticia es que puedes potenciar o generar más mitocondrias de muchas maneras. Una de ellas es con ejercicios de fuerza o interválico de alta intensidad (tiempo bajo tensión de 30 a 60 segundos con periodos cortos de recuperación). La mayor demanda energética fuerza a las células a hacerse más eficientes para satisfacer la necesidad de energía. Luego deberán formarse nuevas para abastecer el requerimiento creciente de energía impuesto al cuerpo, y a las células en general, durante el ejercicio.
Por el contrario, la mala alimentación daña a nuestro sistema de producción de energía vital, en especial si es alta en azúcar procesada, aceites refinados o alimentos inflamatorios, también llamados estresores oxidativos.
Comer demasiado también es un factor de estrés para las mitocondrias. Por eso es recomendable ingerir la última comida al menos dos horas antes de dormir.
Aparte del cansancio crónico o fatiga, el envejecimiento prematuro y muchas enfermedades crónicas (obesidad, diabetes, afecciones cardiacas, etc.) están ligadas a la disfuncionalidad mitocondrial.
Para que nada de esto nos ocurra y puedas mantenerte metabólicamente joven, aquí te dejo algunos consejos:
• Que tus alimentos sean lo más naturales y enteros posible. No hay nada más energético que lo que viene de la madre naturaleza, como los vegetales y frutas cargadas de fitonutrientes. Come en cantidades moderadas y evita las comidas copiosas por la noche.
• Por sobre todo, evita el azúcar, las harinas y los alimentos altamente procesados de alto índice glucémico. Este tipo de carbohidratos simples o de rápida absorción son los mayores agentes estresantes del sistema de producción de energía.
• ¡Muévete mas! Tu actividad debe contar con velocidad y fuerza, y sobre todo intensidad. Estas son las variables que favorecerán la producción de nuevas y mejores mitocondrias.
• Puedes incorporar nutrientes o suplementos que potencien estas fábricas productoras de energía celular, como la coenzima Q10, vitaminas del complejo B y ácidos grasos Omega 3 (EPA/DHA). Recuerda que está en ti lograr un cuerpo, una mente y una vida más sana, activa y feliz.
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