Un buen uso del lenguaje y de palabras adecuadas son determinantes para el desarrollo en la personalidad de tus hijos. En caso contrario, si te expresas ante tus pequeños con frases o afirmaciones despectivas, serás protagonista de un maltrato psicológico que les puede marcar la vida.
Si llega el momento de llamarles la atención por un comportamiento travieso, lo recomendable es utilizar un vocabulario cuidadoso. Las psicólogas Isabel Bettín y María Sánchez Thorin describieron al portal “ABC del bebé” cuáles son las expresiones que debes evitar a toda costa para no crear una herida que luego será complicada de sanar.
No puedes, yo lo hago
De esta forma estás desvalorizando sus capacidades. Un “tú no puedes” es inculcar una idea de incapacidad que, años más tarde, se convertirá en comodidad, sobreprotección o, lo que es peor, el miedo a fracasar. ¿En pleno 2018 vas a subestimarlos? Los niños de ahora “vuelan”.
Solución: “Vamos a hacerlo juntos”, “déjame enseñarte para que lo intentes”.
¿Por qué lloras si no pasó nada?
No prives a tu hijo de expresar sus emociones, mucho menos se las invalides. Si lo haces, solo desarrollarás en él un comportamiento reprimido e incluso perderá su confianza para comunicarse. Ciertamente los niños tienden a exagerar e incluso dramatizar, pero puedes enseñarles un nivel de intensidad que la situación requiera.
¿Por qué no eres como tu hermano?
Una de las frases más dañinas. Nunca compares a tu hijo con sus hermanos, tampoco con demás niños, porque afectarás su autoestima de manera inmediata. Cada uno es diferente, con distintas formas de pensar y actuar, además de habilidades menos o más desarrolladas. En este caso, lo válido es darles un ejemplo o modelo a seguir.
Deja de molestar, no te soporto
Es cierto que la rutina estresa, por lo que en ocasiones es fácil perder la paciencia, sobre todo cuando nuestros hijos no saben medir sus llamados de atención. Al expresar un “deja de molestar” crearás una distancia afectiva. Lo mejor para sobrellevar el momento es explicarles con cariño que tan pronto logres desocuparte estarás disponible para él o ellos.
Cállate, estamos hablando los adultos
Espantosa respuesta. Esto desarrolla una frustración en tus pequeños ante su deseo de participar en una conversación o sentir que necesita atención. “Espera un momento” puede ser una expresión válida para resolver el escenario. Prométele que al terminar tu charla de adultos, estarás dispuesto a escucharlo.
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