Por Karina Pineda Guzmán Terapeuta Ocupacional Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje – CPAL
El sentido del tacto es uno de los sentidos más importantes, comienza a desarrollarse durante el embarazo y se activa antes que el bebé nace. Durante los primeros meses de vida el tacto es la primera forma de comunicación entre la madre y el niño, de ahí su importancia en el aspecto emocional y en la formación del vínculo, además de ser una forma de exploración y aprendizaje.
Cuando esta función no está regulada la persona reacciona de manera exagerada ante sensaciones cotidianas, resultando muy molestas e incluso dolorosas. Desde la teoría de la integración sensorial se denomina este concepto como Defensividad Táctil.
El niño táctilmente defensivo no tiene suficiente actividad inhibidora, es un niño que reacciona, por lo que estas sensaciones y muchas otras, lo hacen sentir incómodo y quiere moverse por todos lados.
Nuestro sentido del tacto está íntimamente ligado a nuestras emociones y por ello, una sensación de malestar frecuente percibida por el sentido del tacto, puede hacer que una persona presente fuertes reacciones emocionales. Los niños que tienen esta hipersensibilidad, a menudo son descritos como irritables, introvertidos, llorones y enfadados.
En el ámbito social generalmente son niños que evitan los besos, o se limpian la cara después del saludo. No disfrutan de actividades sociales donde hay mucha gente, como los centros comerciales, los buses. Tienen dificultad para disfrutar un día de playa, jugar con la arena o con el frío mar.
En la vida cotidiana les molesta lavarse los dientes, lavarse la cara o que les corten el cabello, las uñas. Les incomodan las etiquetas y las texturas de algunas prendas de vestir. Tienen un repertorio de ropa muy limitado porque le importa más sentirse cómodo que estar a la moda. Suelen ser muy selectivos y difíciles a la hora de comer.
En el ámbito escolar les desagrada jugar con goma, témperas o plastilina. Esta poca exploración, y muchas veces la evasión de experiencias sensoriales a través de las manos genera un pobre concepto y desarrollo de componentes importantes para la motricidad fina, principalmente para la escritura. También son niños en actitud defensiva y pueden agredir (empujar, morder) porque se sienten amenazados frente a otros niños, no pueden permanecer quietos si se encuentran ubicados en la mitad de la fila y les resulta muy difícil prestar atención cuando sienten que la ropa les incomoda.
En el Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje – CPAL contamos con Terapeutas Ocupacionales formados en Integración Sensorial en el interior y exterior del país, que se desempeñan en las unidades de Diagnóstico y Tratamiento. A través de ella, se puede reducir la defensividad táctil, normalizar la manera en que el sistema nervioso registra e interpreta la información táctil y desarrollar estrategias eficaces para entender, hacer frente y vivir con una sensibilidad más adaptada.
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