Por: Vanna PedraglioCoach deportiva y nutricional
A más de uno nos ha pasado: al terminar un entrenamiento muy intenso sufrimos ciertos síntomas como agujetas o dolores musculares, de cabeza o cansancio general. Eso puede hacer que veamos el ejercicio como algo desagradable o no adecuado para nuestra condición física actual. No desesperes. Siempre hay formas para evitar o disminuir esas molestias y poder poco a poco reintroducir el deporte en nuestras vidas, o mejor aún, superar nuestra condición física actual para alcanzar una mejor versión de nosotros como deportistas. Entre las molestias post entrenamiento más comunes que suelen presentarse están:
1.- Dolores intensos de cabeza. Aún se desconoce la causa exacta de este malestar, pero suele presentarse entre los corredores. Normalmente se dice que se debe a la deshidratación y la dilatación de los vasos sanguíneos que revisten el cráneo debido a un esfuerzo intenso y prolongado. En verano, si haces deporte después de las 9 de la mañana, el calor intenso va a influir en la pérdida de agua y sales por la sudoración. Por eso, es probable que sientas dolores de cabeza después de entrenar si no te rehidratas bien. En esta temporada trata de entrenar muy temprano o por la tarde. Si no es posible, te recomiendo pesarte antes y después de entrenar. El peso perdido es agua, así que rehidrátate al 125% (un kilo equivale a un litro). Es decir, si perdiste un kilo de peso, debes beber un litro y 250 ml como mínimo.
2.- Problemas gástricos o intestinales. Primero, nunca comas algo muy copioso o de difícil digestión antes del entrenamiento. La demanda de oxígeno y, por lo tanto, la circulación sanguínea se prioriza hacia los músculos, y si aún no has digerido completamente tus alimentos, el estómago durante el entrenamiento puede contraerse y ocasionar náuseas y hasta vómitos. En otros casos, si has tenido un entrenamiento intenso y prolongado las náuseas pueden deberse a la deshidratación o a un desequilibrio en la concentración de electrolitos (sales indispensables para la contracción muscular y el correcto funcionamiento del cuerpo). Te recomiendo comer muy ligero si no tienes más que una hora antes de hacer deporte. Si, por ejemplo, vas a correr una maratón, desayuna dos horas antes para poder completar la digestión. Otra recomendación post ejercicio: disminuir la intensidad del entrenamiento y volver a la calma poco a poco, evitando sentarte o parar de golpe. Así podrás llegar a tu equilibrio progresivamente.
3.- Fatiga o cansancio. Tras forzar nuestro organismo en un entrenamiento súper intenso es normal sentir fatiga o sueño. Sin embargo, si esta fatiga no te permite entrenar uno o más días puede llegar a ser un problema. Para evitarlo, lo lógico es aumentar de forma constante y progresiva la duración y la intensidad de nuestros entrenamientos. Importan mucho factores como la alimentación y el descanso. Si estás empezando a hacer deporte, dale a tu cuerpo un estímulo constante para adaptarse y hacerse más fuerte, pero también el descanso para recuperarse. Si este es tu caso, entrena interdiario. Si ya entrenas con frecuencia, es crucial que cuides tu estado fisiológico antes, durante y después del entrenamiento. Si ya te conoces, sabrás que rehidratarte adecuadamente, comer lo suficiente para poder nutrirte y entrenar a tope, así como el descanso, son claves importantísimas para llevar nuestro rendimiento a otro nivel.
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