Alguna sospecha teníamos las mujeres y es que entre un gran tipo y uno que no lo es, generalmente optamos por el segundo. Un estudio realizado por la revista New Scientist, no hizo otra cosa que corroborar este tema. Un grupo de 200 estudiantes de colegio fueron sometidos a diferentes pruebas de personalidad diseñadas para clasificarlos en cada uno de los tres rasgos ‘oscuros de la personalidad’: la autoobsesión de narcisismo; el comportamiento impulsivo, adicto a las emociones e insensible de los psicópatas; y la naturaleza engañosa y explotadora de los ‘maquiavélicos’.
Los investigadores también indagaron sobre sus actitudes frente a las relaciones de pareja y sobre su vida sexual, incluyendo cuántos compañeros habían tenido y qué tipo de relaciones buscaban.
El estudio, presentado por Jonason en la reunión de Comportamiento Humano y Evolución de la Sociedad en Kyoto (Japón), encontró que aquellos que poseen más rasgos ‘oscuros’ en su personalidad tienden a tener más compañeros, además de que normalmente buscan relaciones a corto plazo. Pero esta relación sólo se evidencia en los hombres.
Estos comportamientos parecen ser comunes en diferentes culturas. David Schmitt de la Universidad de Bradley en Peoria, Illinois, ha presentado los resultados preliminares del mismo estudio aplicado a 35.000 personas en 57 países.
Schmitt encontró un eslabón similar entre estos tres rasgos y el éxito reproductivo en los hombres. ‘Es un hecho universal que se expande a través de las culturas que los hombres con estos rasgos son mucho más activos en relaciones esporádicas’ explica Schmitt. ‘Ellos tienen muchas más probabilidades de usurpar las parejas de sus compañeros para tener algún romance momentáneo’, añade.
Christopher von Rueden de la Universidad de California en Santa Bárbara, asegura que la importancia de estas investigaciones es que confirman que las variaciones en la personalidad pueden tener consecuencias directas en la salud.
‘Aún le queda a los científicos explicar por qué esto no se ha expandido a nivel masivo’, afirma Matthew Keller de la Universidad de Colorado en Boulder.
Tanto Keller como Jonason sugieren que el uso de estos rasgos es más acertado cuando las características del individuo no resultan comunes para su grupo social, de lo contrario sería mucho más sencillo volverse cautelosos ante ellos, lo que complicaría sus maniobras de conquista.
Vía Publimetro Chile
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