Síndrome de Asperger: recursos en la escuela

Las investigaciones confirman que 1 en 68 niños presenta un Trastorno del Espectro Autista.

Ps. Christian CanalesUnidad de Alteraciones del Desarrollo (UDAD) Centro Peruano de Audición, Lenguaje y Aprendizaje – CPAL

El Trastorno del Espectro Autista (TEA) representa un conjunto de alteraciones de origen neurobiológico que afectan la comunicación e interacción social, lenguaje y conducta, evidenciándose antes de los tres años. Las últimas investigaciones realizadas confirman que 1 en 68 niños presenta un Trastorno del Espectro Autista (CDC, 2014). De acuerdo a estos datos, existe una alta probabilidad de encontrar a niños con estas características en colegios regulares y muchas veces no diagnosticados. Dentro de este espectro podemos encontrar a personas con síntomas más leves, a quienes se les diagnosticaba con Síndrome de Asperger (SA) o Autismo de Alto Funcionamiento (AAF).

Para poder realizar la inclusión de los niños con SA, es muy importante conocer cómo conciben el mundo, a partir de ello, establecer estrategias y adaptaciones en el contexto educativo que favorezcan su desarrollo.

Algunas características y recomendaciones a considerar:

•*Competencias sociales limitadas.* Tienen dificultades en su interacción social debido a su déficit en la interpretación y uso del lenguaje figurado (p. ej.: ironías, sarcasmos, chistes, dobles sentidos). Para ello, será conveniente que el docente desarrolle actividades cooperativas, acompañando y guiándo su participación.

•*Rigidez de pensamiento.* Requieren de un ambiente estructurado y predecible para anticipar lo que pueda ocurrir. En ocasiones, los cambios imprevistos pueden generar reacciones como rabietas o temor. Recordemos que ellos son ‘pensadores visuales’; entonces, mediante el uso de apoyos visuales (p. ej.: letreros, paneles, imágenes, horarios, comunicados para anticipar exámenes, cancelación de paseos, etc.) se los ayuda a organizarse.

•*Problemas sensoriales.* Pueden presentar hipersensibilidad o hiposensibilidad a los sonidos, olores, colores y al tacto. Frente al bullicio del recreo o en el intercambio de horarios, por ejemplo, algunos niños pueden taparse los oídos y, en algunos casos, gritar y desesperarse por esta situación. Es necesario enseñarles a comunicar, mediante algún apoyo visual, lo que les está incomodando.

Los lineamientos señalados, puestos en práctica, mejorarán la inclusión de los niños con SA, favoreciendo su participación en diferentes entornos, como la escuela. El trabajo en equipo resulta fundamental para el logro de objetivos. Familia, escuela y especialistas deben tener una comunicación permanente; es clave coordinar y sumar esfuerzos para mejorar las competencias educativas y sociales de las personas con TEA.

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