Por Ana Sofía Bedoya
Existen muchos tipos de trastornos que pueden afectar a los niños durante su crecimiento, muchos de ellos vinculados a las áreas de aprendizaje, habla o lenguaje. En su mayoría, estas dificultades son conocidas y cuentan con especialistas y amplia información pública. Sin embargo, hay un trastorno que puede estar aquejando a nuestros niños sin ser siquiera sospechado: el mutismo selectivo. Esto ocurre cuando un niño inhibe su comunicación verbal en determinados situaciones sociales o con ciertas personas.
Una de las causas, según nos comenta Mariella Vega, Psicóloga y Especialista del CPAL, es que la mayoría de niños tienen una predisposición genética a la ansiedad. ‘Estos signos se pueden mostrar a edad temprana. Por ejemplo, ante la dificultad para separarse de sus padres se ponen de mal humor, tienen un comportamiento muy dependiente, problemas de sueño, berrinches, llanto y extrema timidez’ asegura la especialista.
Las señales para identificar el mutismo selectivo suelen pasar desapercibidas; sin embargo, son más comunes de lo usual y se suelen confundir con características de la personalidad del niño (timidez, reservado, discreto, etc.). Por ello, la especialista nos enumera las principales señales de alerta para identificar si nuestro hijo padece este trastorno:
*El niño no habla en determinados lugares como el colegio, u otros entornos sociales.
*El niño habla normalmente en al menos un entorno: normalmente es en casa.
*La incapacidad del niño para hablar interfiere en su capacidad para funcionar normalmente en ámbitos educativos y/o sociales.
*El mutismo ha persistido durante al menos un mes.
*El mutismo no está causado por un trastorno de la comunicación y no se manifiesta como parte de otros trastornos mentales.
¿Cómo pueden ayudar los padres?
La participación de los padres es crucial, facilitando el desarrollo social del niño y estimulando su capacidad expresiva en distintas situaciones de interacción verbal. Ante ello, Mariella Vega señala algunas sugerencias:
*Eliminar las presiones y expectativas para que el niño hable. En su lugar, hacerles saber que entienden sus ‘temores’ a hablar o a expresarse en ciertas ocasiones.
*Dar seguridad al niño y hacerle entender que le van a ayudar durante este difícil proceso.
*Brindar ayuda y comprensión cuando el niño tiene dificultades y frustraciones.
*Alentar los logros y esfuerzos del niño.
Cabe resaltar que, si bien no hay exámenes específicos que diagnostiquen el mutismo selectivo, es muy importante realizar un tratamiento lo antes posible. Este consiste en desarrollar diferentes métodos para disminuir la ansiedad del niño y fortalecer su confianza para que así pueda comunicarse con las personas de su entorno, y en todas las situaciones, sin problemas para que este trastorno no le ocasione mayores inconvenientes en el futuro.