Mohammed Abu Sakha, un malabarista y monitor de circo para niños con minusvalías psíquicas, es uno de los cientos de palestinos encarcelados en Israel sin un juicio ni inculpación alguna.
Delante de la cárcel del norte de Israel donde permane encarcelado, una decena de artistas circenses israelíes denunciaron recientemente el caso del clown palestino de 24 años.
El lunes, cuando un tribunal militar examinaba el recurso interpuesto por él contra su detención, Hanita-Caroline Hendelman, una artista y activista israelí, acudió de nuevo al lugar con un tamboril para cantar por él.
Esta mujer, conocida suya, intentó llevarle equipamientos de circo a la cárcel. “Me lo han rechazado, pero sé que se entrena en el interior y forma a algunos de sus codetenidos de apenas 12 o 14 años”, asegura.
Su madre Raja Abu Sakha, que sólo pudo visitarlo en dos ocasiones desde su detención a mediados de diciembre, está conmovida por el movimiento de solidaridad. “Ahora en Brasil hay siete canciones dedicadas a él” y “la gente de allí conoce la historia de Mohamed”, declara.
La página Facebook de la escuela de circo de Bir Zeit, en la Cisjordania ocupada, donde trabajaba Mohamed, recibe una letanía de muestras de apoyo de Nueva York, Rio o Copenhague.
Como por ejemplo un vídeo de artistas disfrazados que bailan en Londres o un mosaico de fotografías de personas anónimas del mundo entero que llevan puesta una nariz roja y enarbolan la pancarta “Free Abu Sakha” (Liberen a Abu Sakha).
Alrededor de 700 palestinos están arrestados en Israel bajo el régimen de detención administrativa, que permite encarcelar sospechosos durante varios meses prorrogables de forma indefinida sin tan siquiera informarles de los motivos. Una medida denunciada por la ONU y los defensores de los derechos humanos.
Israel aduce que se trata de un instrumento esencial para impedir que individuos peligrosos cometan atentados. Nunca dijo qué tipo de peligro representa Mohammed Abu Sakha.
Públicamente el servicio de seguridad interior lo acusa de pertenencia al Frente Popular de Liberación de Palestina (FPLP), de inspiración marxista y considerado una organización terrorista por Israel, Estados Unidos y la Unión Europea (UE).
El pasado lunes, bajo la carpa en la que actuaba Mohamed Abu Sakha, la escuela de Bir Zeit hizo una puesta en escena onírica de la cárcel. Una trapecista se subía a una reja y a barrotes y se escapaba contorsionándose, mientras los malabaristas daban vueltas.
En prisión, Abu Sakha, continúa con su número de circo “para olvidar la cárcel” e imaginar que está libre, afirma su madre.
’Esbozar sonrisas’
El prisionero compareció ante un juez a puerta cerrada y no sabe cuándo saldrá de prisión. Lo defiende un abogado que no tiene acceso al expediente.
Tanto el juez como el abogado se encuentran completamente desarmados frente “al fiscal militar que alega un peligro para la seguridad pública sin precisar cuál”, afirma a la AFP el jurista palestino Murad Jadalá.
“Los niños nos preguntan con frecuencia dónde está y cuándo volverá. Lo único que les podemos decir es: ‘está en la cárcel, quizá salga este verano, tal vez más tarde ‘”, declara su primo Nur Abu Rob.
La escuela de Bir Zeit reclutó a jóvenes en Cisjordania y cuenta con más de 300 alumnos, entre niños y niñas. El circo continúa con su gira pero sus compañeros no han querido sustituir a Mohammed quien, según ellos, tenía el “don mágico de hacer esbozar sonrisas en todas las caras”.