El rendimiento laboral y escolar se pueden ver afectados por el consumo desmedido de comida chatarra. Las cifras así lo comprueban, pues según la Organización Mundial (OMS) asegura que en 2014 el 39% de las personas adultas de 18 o más años tenían sobrepeso, y el 13% eran obesas.
Impulsados por estos datos, y con la idea de explicarle a los jóvenes los beneficios de los hábitos saludables, la Universidad de La Salle realiza una campaña institucional para promoverlos. En estas jornadas pedagógicas, un grupo de expertos entrega a los jóvenes ejemplos concretos sobre el efecto que tiene en su diario vivir el consumo de comida chatarra.
‘Los jóvenes creen que los efectos de consumir este tipo de alimentación, solo se va a ver en la báscula, pero cuando les explicamos que sentirse cansado, quedarse dormido en clase, y hasta sentir dificultad para concentrarse, también son efectos de los alimentos que consumen, generamos inquietud y es allí cuando tenemos la oportunidad de derribar mitos’, explica Julián Chaparro, Médico de la Universidad de La Salle.
Así que si usted tiene hijos o quiere dar el paso definitivo para tener una vida saludable, debería conocer estos cinco efectos fatales de la comida chatarra para que se anime de una vez:
El consumo en exceso de azucares, harinas y grasas generan padecimientos como, déficit de atención, ansiedad, falta de comunicación y hasta frustración. La saturación de grasas y sabores artificiales, no permiten que la dermis se oxigene correctamente, lo que genera envejecimiento prematuro. La comida chatarra estimula al cerebro en forma de impulsos por lo cual, convierte la ingesta de esta comida en foco de adicción y comportamientos compulsivos.
Las grasas saturadas constituyen hasta en el 20% de casos, una de las causas de muerte por enfermedades coronarias, según investigadores de School of Public Health de la Universidad de Harvard.
Una investigación de The Public Hearth Nutrition, de la Universidad de Cambridge, señala que los consumidores habituales de este tipo de comida tienen 51% más de probabilidades de sufrir depresión.
No desayunar, así como comer fuera de los horarios es un factor de riesgo para generar obesidad.