Cinco claves para tomar alcohol sin excesos

Las personas de baja estatura, delgadas y con mayor grasa corporal tienden a sentir más rápidamente los efectos. Beber en pocas cantidades e intercalar la ingesta con comida y agua son la clave de un consumo responsable.

No subestimemos al alcohol. Su consumo puede llegar a ser tan o más adictivo que una droga ilegal, según indica Eduardo Méndez, especialista venezolano en bebidas alcohólicas, egresado de Lallemand & Alcohol University de Canadá y embajador de Consumo Responsable de Diageo Latinoamérica.

Por ello, es importante tomar siempre con moderación. Aquí, algunos consejos para lograrlo.

1.- Lo que ocurre en el cuerpo. Cuando consumimos alcohol , se activan dos neurotransmisores en el cerebro: la dopamina (responsable del placer) y el gaba (que disminuye la actividad del sistema nervioso). Por ello, nos desinhibimos y nos dejamos llevar por nuestros impulsos. Si seguimos bebiendo más allá de nuestros límites, el juicio y el autocontrol se verán afectados (aquí es cuando tomamos malas decisiones, como aventurarnos a conducir), además de nuestras reacciones (no hablamos bien); y finalmente nuestra coordinación motora (nos tambaleamos o caemos).

2.- ¿Cuándo parar de beber? Lo mejor es detenernos cuando sintamos que el alcohol ya empieza a ‘subir’, precisa Méndez. Sin embargo, debemos tomar en cuenta algunos factores que facilitan la absorción de esta sustancia. Una persona baja y delgada se ve afectada más fácilmente que una alta y corpulenta, debido a que las moléculas del alcohol recorren menor distancia, indica el experto. La condición física también influye. Aquellos que poseen mayor porcentaje de grasa corporal también sienten más rápidamente los efectos. El alcohol se concentra en la grasa y, por ende, tarda más en ser metabolizado y eliminado. En ese sentido, una mujer promedio (que tiene 30% de grasa en el cuerpo) tiende a embriagarse más rápido que un hombre (que solo tiene 20%).

3.- ¿Cómo beber? No te centres en el tipo de bebida alcohólica, sino en la forma de beberla, recomienda Méndez. Lo ideal es consumir alcohol en pocas cantidades y a velocidades moderadas. Los efectos se sentirán más rápido si tomas por ejemplo un shot de tequila (que tiene un 40% de graduación alcohólica) de un solo sorbo, en lugar de tomarlo lentamente. Además, mezclar alcohol con azúcar o gaseosas no hacen más que acelerar los efectos. Finalmente, resulta nocivo para la salud beber licor con medicinas, drogas o bebidas energizantes (que suelen tener 95% de cafeína en su composición).

4.- Limita la frecuencia No bebas tan seguido. El cuerpo tiene una capacidad limitada de metabolizar el alcohol y no puede acelerar el proceso. Un hombre promedio, por ejemplo, necesita una hora para eliminar de su cuerpo una lata de cerveza; mientras que una mujer requiere de una hora y media. El tiempo se incrementa si la persona tiene mayor grasa corporal. Además, según el especialista, la metabolización efectiva del alcohol recién comienza cuando dejamos de beber. Es decir, si voy a consumir 6 latas de cerveza, recién empezaré a eliminarlas del cuerpo cuando las haya tomado todas.

5.- Trucos efectivos. Para evitar ser presa fácil de los efectos del alcohol, lo mejor es comer antes, durante y después de la ingesta de estas bebidas. La explicación recae en la válvula pilórica (que permite el paso de los alimentos del estómago al intestino delgado para ser digeridos). Si no comemos, esta válvula se mantiene cerrada y el alcohol demora más en ser digerido, retrasando los efectos y haciéndonos creer que podemos tomar más. También es importante intercalar la ingesta de las bebidas alcohólicas con agua sola, para sentirnos frescos e hidratados. ‘No hay que olvidar que el alcohol deshidrata y la resaca no es más que la consecuencia de estos altos niveles de deshidratación, causados por el exceso de alcohol y por la forma en que nos divertimos: de noche (la hora en que debemos descansar) y en lugares oscuros y ruidosos que generan estrés auditivo y visual’, señala Méndez.

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