¿Cuál es tu playa favorita y por qué?
Cualquiera que no tenga piedras, donde haya poca gente y donde no haya discriminación, justificada absurdamente con eso de ‘se reserva el derecho de admisión’.
¿Cómo es tu día de playa perfecto?
Un día en el que no haya mucho sol. Y en mi hora favorita, las seis de la tarde, estar sumergida en el mar. Siempre estaré contenta mientras haya, sobre todo, orden y limpieza.
¿Cuáles son tus mejores recuerdos playeros?
Cuando era niña me encantaba dejar que me revuelquen las olas en Naplo, junto a mi mejor amiga.
¿Qué debería mejorar en las playas de Lima?
Que nadie se atribuya la propiedad de las playas porque todas, sí, todas son públicas y, por lo tanto, de libre acceso para todos. Que exista una ley que castigue a los ridículos que restringen el acceso a las personas que trabajan en casas o cuidando niños al mar y que son obligadas a vestir uniforme.
¿Qué costumbre playera debería desterrarse?
Insisto, la costumbre de negar el acceso a la gente y justificar el racismo con sus malas costumbres. Debe haber fiscalizadores municipales para resguardar la limpieza y el orden, pero de ninguna manera para impedir que algunas personas disfruten de lo que nos pertenece a todos, situación que alguna vez denuncié en Ancón.
¿Qué planes para este verano?
Nadar con mi hija en sus clases de natación, seguir con mi programa de entrevistas en RPP, fregarle el verano a los políticos impresentables y continuar usando autobronceador, porque no tendré tiempo de ir a la playa.