A Dorian Murray, originario del Estado de Rhode Island (noreste), se le diagnosticó a la edad de cuatro años un rabdomiosarcoma, uno de los cánceres más frecuentes entre los niños.
A principios de enero, su familia decidió poner fin a su tratamiento tras enterarse de que la enfermedad se había extendido a la médula espinal y al cerebro del niño.
El chico dijo entonces a su padre que, antes “de ir al cielo”, le “gustaría ser célebre en China, porque [los chinos] tienen ese puente”, en referencia a la Gran Muralla.
La familia publicó el lunes esta conversación en su página de Facebook “Praying for Dorian” (“Rezando por Dorian”) y, tras ser traducida al chino, se hizo viral en el país asiático a pesar de que sus habitantes no tienen acceso a la red social.
Miles de chinos colgaron fotos suyas en la Gran Muralla y en otros lugares representativos del país con carteles en los que escribieron mensajes en inglés para el chico.
“Todos los niños participaron para que Dorian se hiciera famoso en China”, se puede leer bajo la foto de los alumnos de un parvulario en Pekín.
“Dorian, ¡eres nuestro campeón del mundo!”, “rezamos por ti” o “tengo ganas de llorar”, eran los comentarios más compartidos en la red social china Weibo.
“Espero que se emocione y se recupere”, comentaba un internauta.
“No se pueden reducir los chinos al ruido, la falta de educación y la suciedad”, se alegraba otro, encantado de asistir a este movimiento de solidaridad en su país.
La familia de Dorian aseguró en Facebook que está “totalmente maravillada” con la reacción china.
El gobierno chino ejerce una estricta censura en internet, donde se borran los contenidos considerados como polémicos y se bloquea el acceso a páginas occidentales como Facebook, Twitter o Google.
La historia y la foto de Dorian estaban, sin embargo, en la portada del diario oficial China Daily, y la agencia oficial Xinhua se conmovía con la “imaginación” del niño, que “transformó una muralla contra los invasores en un puente que une a los corazones más allá de los océanos”.