En una tranquila bahía ubicada a medio camino del río Potomac, está Mallows Bay. Un cementerio de casi 200 buques de la Primera Guerra Mundial.
Don conoce la bahía mejor que nadie. Cada vez que recorre el lugar con su canoa recuerda por qué sigue volviendo.
Estos esqueletos de madera son los remantes de una flota inútil, puesta al servicio de Estados Unidos en 1917 tras ingresar a la Primera Guerra Mundial. Pero cuando Alemania se rindió, ninguno de estos barcos había cruzado el Atlántico.
Una investigación reveló que los navíos estaban mal diseñados y que era demasiado caro mantenerlos. Así que una compañía local los compró para usar sus partes y utilizarlos como transporte a la bahía.
Pero la firma quebró en 1931 tras la Gran Depresión y con el tiempo los buques fueron abandonados a su suerte, y descomposición, en Mallows Bay.
Hoy esta flota putrefacta representa el mayor grupo de embarcaciones históricas en el hemisferio occidental.