El vudú que cura todo

Cráneos, plumas y pieles de animales secos son algunos de los ingredientes que se utilizan en el mercado de vudú de Togo, donde incluso los políticos buscan ayuda de los curanderos.

Cualquiera tomaría medidas drásticas ante un dolor físico sin solución. Eso es lo que hizo Adolphe Houndji, de 35 años. Viajó desde Benin a la capital togolesa de Lomé a buscar una cura definitiva.

“He tenido un dolor de cabeza durante tres años. He estado bajo tratamiento varias veces pero el dolor persiste, no podía trabajar más. Un amigo me dio la dirección del mercado vudú, y desde que me traté con este curandero, me siento mucho mejor”, señala el sastre Adolphe Houndji.

Huesos de reptiles, plumas y estatuillas son sólo algunos de los objetos utilizados por los cien curanderos que trabajan aquí.

La consulta vale 3 dólares.

Desde la malaria, la fiebre tifoidea, hasta la disfunción eréctil, hay pocas enfermedades que no se atrevan a tratar.

“Tomamos el caparazón de tortuga y añadimos algunas hierbas, se muele hasta quedar en polvo y se mezcla con miel. Comer esto ayuda a aliviar el asma”, dice el curandero Lucien Yekpon.

Los turistas solían visitar regularmente el mercado, pero en los últimos meses el número de citas se ha reducido.

“Hay un déficit actualmente que está relacionado al turismo. El virus del ébola ha reducido el número de turistas”, señala el guía Elias Guedena.

Los políticos son también clientes habituales. Compran talismanes de la suerte para usar en sus campañas electorales.

Pero los curanderos no hablan de la eficacia de los tratamientos que les aplican… dicen que la confidencialidad es lo primero…

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