Una joven se emocionó hasta las lágrimas, un hombre de campera negra pronunció un discurso, una mujer saludó con los dedos en “V”, otro levantó los brazos en alto como lo hacía el expresidente Juan Perón: fueron algunas de las reacciones de los que se sumaron.
“Eva: Volveré y seré Perfomers”, se tituló la acción artística, en alusión a la frase “Volveré y seré millones”, atribuida en el imaginario colectivo argentino a Evita, la “abanderada de los humildes” que murió de cáncer de útero a los 33 años, el 26 de julio de 1952.
Sastre, un artista y cineasta de 39 años que cursó su escuela media en un colegio de Montevideo llamado República Argentina, descree de los distanciamientos entre las dos orillas del Río de la Plata.
“No hay nada irónico en mi propuesta. Me lo planteé como una instalación sonora y muy sensorial. Evita trascendió fronteras y desde este balcón pronunció su último discurso un 1 de Mayo. Es como entrar en el lugar más sagrado”, explicó.
Los participantes ingresaron en grupos de a diez a la Casa Rosada, donde en este Día del Trabajador la única actividad es la que sucede en el balcón mítico, ambientado con tres micrófonos de la década de 1940 y sonido del día del último discurso de Eva Perón.
Ese balcón es habitualmente vedado. En las visitas guiadas abiertas al público, se ingresa a un balcón vecino, pero no a éste.
“Sentí mariposas en el estómago”, dijo a la AFP Peter Pank, un artista multifacético que, parado sobre la tarima del balcón, se puso a cantar “No llores por mí Argentina”, el hit de la ópera rock Evita, una versión poco fiel a la historia, que en cine protagonizó, entre otros, Madonna.
“Es adrenalina pura. El sonido es lo más fuerte”, dijo a la AFP Paula Casanova, de 24 años, que solo conoce de Evita lo que aprendió en el colegio.
Frente al balcón, se extiende la Plaza de Mayo, tradicional escenario de manifestaciones políticas donde este viernes, en simultáneo, la izquierda radicalizada y opositora al gobierno realizaba un acto por el 1 de Mayo.
Omar Ferraro, un militante peronista de 61 años cuya vida fue marcada “por el ícono Evita” destacó que “desde abajo el balcón se ve lejos, pero desde el balcón la plaza se ve cerca”.
La propuesta artística de Sastre solo tuvo un día de duración, como parte de la Bienal de Performance 2015 (BP.15) de Buenos Aires, inaugurada esta semana por la serbia Marina Abramovic, eminencia mundial en la materia.
Abramovic no quiso perderse la experiencia de vivenciar el balcón de Evita, pero lo hizo en soledad dos días antes, reveló Sastre.