Por Maria de los Angeles Del Castillo y María Fernanda FloresDpto. PsicopedagógicoColegio Antares – CPAL
El estrés se produce cuando la persona percibe que no tiene los recursos suficientes para poder afrontar las demandas del entorno. Puede ser generado por múltiples factores en diferentes etapas de la vida. Sin embargo, la manera cómo lo afrontemos será fundamental para prevenir situaciones similares.
El estrés en el caso de los niños puede resultar confuso para los padres, pues, dependiendo de la edad suele manifestarse con reacciones de frustración (gritos, peleas, pataletas), tristeza (llantos, aislamiento) así como también reacciones fisiológicas (sudoración, problemas estomacales). Esto es porque experimentan sentimientos y emociones desorganizadas e incomprensibles, reconocen que algo les pasa, pero no logran identificar o ponerle un nombre a aquella sensación de malestar.
Algunas fuentes de estrés en los niños se encuentran en tres áreas: familiar, académico y social. Algunos ejemplos son: el nacimiento de un nuevo miembro en la familia, conflictos en el hogar, la incertidumbre de algún evento, no alcanzar objetivos escolares, cambio de colegio, ingreso a un nuevo grupo o el inicio de las relaciones con pares del sexo opuesto. Frente a situaciones como éstas, los padres pueden estar alerta para poder acompañar a sus hijos y ayudarlos a afrontarlas.
3 PASOS PARA AYUDAR A AFRONTAR EL ESTRÉS DE TU HIJO:
1. Preguntar. Para poder ayudar al niño a manejar su estrés es importante conocer aquello que lo causó. Debido a que puede ser difícil que lo exprese, hacer preguntas sobre cómo se sintió y qué fue lo que lo hizo sentir así pueden facilitar la comprensión de su malestar.
2. Enseñar a aceptar. No juzgar las emociones y sentimientos que experimentan frente a estas situaciones. Se les debe explicar que, en ocasiones, es natural sentirse así.
3. Ayudar a encontrar una solución. Brindarles estrategias permite que puedan manejar situaciones similares en el futuro. Esto le otorga autonomía al niño.
ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA LOS PADRES
1. Comunicación. Conversar con los hijos es fundamental para estar al tanto de las sensaciones y emociones que experimentaron y situaciones que pasaron durante el día. Si se reconoce algún malestar, brindarle orientación.
2. Actividades recreativas. Practicar algún deporte, realizar alguna actividad artística, aprender a tocar un instrumento puede ayudar a que los niños canalicen sus emociones, expresando todo lo que sienten.
3. Rutina. A veces no conocer qué va suceder en el día genera estrés. Por ello crear una rutina, dentro de la cual se incluyan actividades recreativas, tareas y horas de sueño, es importante para que sus días se vuelvan predecibles y aprendan a planificar.
Es fundamental que los padres no juzguen las emociones o reacciones de sus hijos, por el contario, sirvan de guía y soporte para acompañarlos en este proceso.