Durante millones de años, el cerebro humano se ha adaptado al reto de la escritura, la lectura y más recientemente a la comunicación digital.
Ahora la adaptación depende de la velocidad. Las cortezas motora y premotora del cerebro dirigen nuestras acciones.
Los niños que han crecido en la era digital son excepcionalmente hábiles y rápidos, gracias a los videojuegos basados en recompensas a los que están acostumbrados.
Este principio de recompensa libera dopamina, un estimulante natural que se encuentra en la corteza prefrontal y en el sistema límbico. Los nativos digitales suelen almacenar links en lugar de contenido, a veces sin razonar.
De esta forma, el instinto natural del cerebro les lleva a cometer actos violentos en algunos juegos de combate sin cuestionarse.
Los nativos digitales tienen memoria superficial, mientras que aquellos que leen tienen un acercamiento linear que les permite retener la información a través de un proceso cognitivo desarrollado en la corteza prefrontal.
Al tomar el control cognitivo, los nativos digitales aprenden a resistir a los instintos naturales y a los automatismos desencadenados por las pantallas.
Porque resistir a estos impulsos significa tomar el control de sus pensamientos, creencias y razonamientos… Y gracias a la educación y el aprendizaje es posible cultivar una forma de pensar que estimule la creatividad.