Un joven decidió hacerle una broma a su novia haciéndole creer que le era infiel, por lo que dejó una cámara escondida para comprobar si, mientras él va al baño, le revisa sus conversaciones.
Para que su broma salga a la perfección, crear una amante ficticia con la que decide tomarse fotos y crear una conversación.
La reacción quedó grabada. Antes de abandonar la casa llena de ira, arruina el televisor del lugar.
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