El biólogo alemán August Weissman bautizó como telegenia el fenómeno genético que influye en la descendencia posterior de una mujer, a partir de su primera pareja; es decir, la posibilidad de tener hijos que pueden parecerse al ex de la madre.
La telegenia fue comprobada, al menos, en el mundo animal en 1820 por la Royal Society de Londres. Por aquel entonces se documentó el caso de las crias de dos caballos que obtuvieron las características del antiguo compañero de la yegua.
En la actualidad, un estudio publicado en la revista Ecology Letters reveló que la telegenia se da en las moscas. El experimento consistió en cruzar moscas inmaduras con machos grandes y pequeños. Una vez que estas se volvieron fértiles fueron cruzadas nuevamente. El resultado fue que las crías que fueron engendradas por el segundo macho tenían el tamaño del primero.
“Este hallazgo muestra que también se puede transmitir algunos rasgos adquiridos a la descendencia de parejas posteriores de una hembra”, señala Angela Crean, encargada de la investigación.
Lo que sucedería en el caso de los humanos es que “el esperma, después de penetrar en el útero, es absorbido por el organismo femenino y ejerce una influencia sobre los óvulos que aún no están maduros”, señaló Weissman, citado por ABC.
Cabe señalar que los casos de telegenia aún son escasos, por lo que los primeros descubrimientos no pueden tratarse como verdad absoluta.