Ella es Bella, un pastor alemán, que jugaba y nadaba en el lago muy emocionada hasta que su dueña le dijo las palabras que al parecer ella no quería escuchar: “Es hora de irse, Bella”.
No solo se negó a irse sino que sus aullidos y su forma de moverse da a entender que se trata de una pataleta tal como la de los niños pequeños cuando quieren seguir jugando.