El ‘headbanging’, fuertes movimientos de cabeza sincronizados con la música hard rock o heavy metal, puede resultar peligroso para la salud, según un estudio publicado el viernes en la revista médica británica The Lancet.
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Aunque en general se considera que el headbanging es inofensivo, médicos alemanes señalan el caso de un hombre de 50 años al que le fue detectado un hematoma en el cerebro en enero de 2013, cuatro semanas después de asistir a un concierto de Motörhead, un grupo de heavy metal británico.
El paciente se quejaba de fuertes migrañas que se agravaban con los días.
Los médicos hallaron un hematoma subdural (una mancha de sangre entre los tejidos de la meninge que rodean el cerebro) y que drenaron con una punción en el cráneo (trepanación).
Los hematomas subdurales suelen ser consecuencia de traumatismos craneales. Cuando dicho traumatismo no es muy fuerte, el hematoma puede aparecer varias semanas después del golpe.
Los hematomas producen una compresión progresiva del cerebro.
La literatura científica documenta tres casos similares atribuidos al headbanging estos últimos años. Uno de los pacientes murió a raíz de un hematoma subdural agudo.
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“Pero la incidencia podría ser más alta ya que los síntomas de este tipo de heridas son a menudo silenciosos en el plano clínico o sólo ocasionan dolores de cabeza moderados que desaparecen espontáneamente”, dice el doctor Ariyan Piradesh Islamian de la Escuela Médica de Hanover.
El headbanging también se ha asociado a otros tipos de heridas como los traumatismos en la región cervical, disecciones de la arteria carótida o fracturas de la segunda vértebra cervical.
Existen varias técnicas de headbanging, la más común es el “up and down” (que consiste en sacudir la cabeza de arriba a abajo). Entre las otras figuran el “circular swing” (o “molinillo de viento”) que se traduce por un movimiento circular de la cabeza, o “side-to-side” que se hace de derecha a izquierda.