¿El amor verdadero? Aprende a reconocerlo

No a todas las parejas las une un amor verdadero. Según los expertos, existe una serie de pautas que deben darse para que así sea.

Recogiendo los planteamientos de los investigadores españoles Jokin de Irala e Ignacio Gómara, autores del libro “Nuestros hijos… quieren querer”, el sitio ABC publicó un par de listas con las características que definen a un amor verdadero y a otro que no lo es:

Amor verdadero: * Es paciente, da paz y tranquilidad. Sabe esperar: disfruta de cada momento sabiendo que va construyendo su vida y sus ideales, su conciencia y su personalidad. * No quiere quedarse en las meras sensaciones, sino buscar la verdad que hay en ellas, su valor más profundo. * Se acomoda al ritmo natural de la maduración del amor: no se trata de reprimir las tendencias, sino de saberlas dirigir y para eso se necesita aprendizaje y maduración personal. * Sabe que la libertad no está en hacer lo que me viene en gana, sino en saber gestionar las ganas para saber si conviene. * No toma decisiones precipitadas y sin pensar en las repercusiones. Fomenta el autodominio y la autoestima: busca el bien para sí y para la otra persona. * La relación está basada en la comunicación, en el conocimiento y aceptación mutua y tiende a la exclusividad y a la eternidad.

Amor falso: * Se caracteriza por la búsqueda individualista de la propia satisfacción. Es algo que se busca y se hace para uno mismo. * Se fundamenta principalmente en el placer sexual: más que «dar amor» busca un «amor egoísta». * La búsqueda de placer se convierte en una cadena que ata, pesa y esclaviza. Al final el sexo no produce satisfacción completa y debe ser continuamente repetido y/o sustituido. * Se llega a utilizar la propia intimidad como objeto de intercambio ocasional: es dar el cuerpo sin haberse entregado a uno mismo. Te conviertes en persona-objeto. * Se vive siempre el momento, la improvisación. Te incapacita para asumir metas altas, valores duraderos. * Una relación física sin compromiso es necesariamente provisional: induce a pensar que aún está por llegar alguien mejor.

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