Huarmey, todos los atractivos de las playas del norte

Por Sengo Pérez

Poco considerada por los limeños, que tratándose de playas solo parecen mirar al sur, o al extremo norte, existe una atractiva opción en esta dirección, pero no tan lejos. Se trata de Huarmey, que cuenta con motivos suficientes para ser un destino a tener muy en cuenta para disfrutar del calor que -la meteorología asegura- seguirá por un buen tiempo y, lo mejor, con menos gente.

Esta provincia de la costa ancashina ofrece una cadena de playas para todos los gustos y actividades: profundidad, tamaño de olas, camping, buceo, surf, pesca, etc. Va desde Tuquillo hasta Puerto Culebras a lo largo de 14 kilómetros, una zona privilegiada que descansa en la arena y con vista al mar, por cierto, de un caribeño color turquesa que no es habitual en el revuelto océano Pacífico.

Tiene además una vasta fauna marina que salta del mar a la mesa en forma de delicia: chitas, lenguados, cabrillas, corvinas, que hacen de la gastronomía local un atractivo más. Una curiosa experiencia se da en Huarmey: los mariscos, como el ‘barquillo’, ‘lengüita’, ‘chanque’, ‘blanco’, ‘pausa’, ‘lapa’ y ‘yuyo’, llegan por la tarde al mercado. Debe ser uno de los pocos lugares donde se come un cebiche mixto hecho al momento a la hora en que el resto del Perú toma lonche.

Pero si de fauna se trata, y no para verla en el plato, es posible visitar desde el puerto local Las Loberas de Huarmey, una hora al sur, donde los islotes albergan en su estado natural a Otarias flavescens o lobos marinos chuscos.

No es menor a la de su mar, la riqueza de la tierra huarmeyana, con productos agrícolas como los árandanos, mangos, paltas o espárragos, que además de hacerla muy rentable, pintan de tonalidades el verde de la campiña, un paseo obligado. Vaya si se sabe de agricultura en esta tierra, que entre los años 2200 y 2700 antes de Cristo ya hacía crecer el maíz que el hombre había domesticado.

Porque si algo tiene también Huarmey es historia. Sobre su suelo pasaron y pisaron civilizaciones como la Chavín y Huari (el castillo de Huarmey, una pirámide escalonada con cámaras funerarias, es testimonio de esta época, de los siglos IX a XI de nuestra era). Posteriormente, los chimú terminaron anexados, y no por voluntad propia, sino de la de Túpac Yupanqui, al formidable Imperio Incaico.

Mar, campo, historia, arqueología, gastronomía, todos los ingredientes para un viaje inolvidable. Huarmey está a 293 kilómetros al norte de Lima, vale la pena el viaje. Si vas en bus, recomiendo estar atento. Suelen seguir de largo sin avisar y podrías despertar en Chimbote.

Dónde quedarse y dónde comer

Hotel La Siesta.

Atendido por sus propios dueños, Pedro y Shirley. Es un agradable hotel de 19 habitaciones con piscina y dos bares. Y buena comida, con destaque para el cebiche de lenguado y el picante de mariscos. Lo marino es de Shirley; de Pedro, el fuego y la carne. Teléfono: (043) 40-0190 Dirección: Panamericana Norte km 298,5. www.facebook.com/hotellasiestahuarmey/

La Casa de Don Felipe.

Una experiencia en la campiña ancashina, en medio de un bosque de paltos donde aprenderás el proceso para la elaboración de la famosa chicha de jora huarmeyana de la mano del hombre que la revivió, don Felipe Morante (en la foto). Ideal para comer sacándose el gusto a mar, cuy, cebiche de pato, arroz con pato, pachamanca y caldo de gallina. Teléfono: 942-449-583 Dirección: Carretera a Aija, km 4, Cuscus. www.facebook.com/lacasadedonfelipe/

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