Por: Samantha Aguilar Al artista colombiano Omar Hurtado le inspira todo, principalmente, la naturaleza y las mujeres. El joyero de 52 años acaba de presentar su colección ‘Trazos en el cielo’ en Bogotá Fashion Week. Está más que feliz. Él brilló en la pasarela.
Lleva más de tres décadas trabajando en plata y en oro (cuando lo requieren). Las obras de Omar por un lado están llenas de color como es el caso de ‘Trazos en el cielo’ y por otro de historia, pues este artista es muy solicitado por museos y gobiernos para realizar réplicas de piezas históricas. Hay algo que se repite en ambos casos y es la minuciosidad con la que elabora cada pedido.
Hablaremos primero de su marca ‘Edén’ y de la impresión que generan sus joyas en niñas y jóvenes que observan el trabajo de Omar con admiración. La adornan pajaritos y colibrís.
“Cada pieza que hago me puede tomar varios días, son de plata y pintadas a mano con colorantes orgánicos de origen vegetal. Las aves que he elegido son diferentes regiones de Colombia que representan a las mujeres de cada zona, a la alegría, la ternura y fuerza que tienen cada una de ellas”, explica.
Omar considera que el éxito de la colección radica en el color y el equilibrio del metal. Las niñas son las entusiastas. También ha hecho joyas coloridas en tamaño en miniatura.
Las réplicas de joyas históricas A Omar se le quedó grabado en la memoria y lo marcó la primera vez que visitó un museo, fue en Bogotá y solo tenía quince años. Al tiempo lo becaron para que estudie joyería en la capital colombiana. Luego, trabajó, trabajó.
El año pasado lo hizo para el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Le solicitaron hacer réplicas de piezas históricas de diferentes países Latinoamericanos. Entre ellos, el Perú.
__»Hacer las serpientes entrelazadas de la cultura Moche que tienen una antiguedad de 500 años antes de Cristo. Ha sido todo un reto para mí. Son de oro y tienen incrustaciones de turquesa. Me gustó porque al trabajarlas entendí el lenguaje de las diferentes culturas»__, expresa.
La joya original tiene 30 centímetros y es un collar de oro, la réplica es un broche de 10 centímetros, se hicieron 200 reproducciones de esa pieza. Todas las vendieron.
“No sé el costo que las vendieron en el museo, calculo unos 250 dólares, pero los broches quedaron muy bonitos y son para usarlos con una pañoleta o un abrigo”, agrega.